Milenio

“Véndeme tu agua, ¿cuánto necesitas?”; el negocio perfecto para los acaparador­es

- ALICE PIPITONE CIUDAD DE MÉXICO

Los acaparador­es de agua, entre los que se encuentran mineras y refresquer­as, son los principale­s responsabl­es de que los acuíferos en veda hayan perdido 38 por ciento de su disponibil­idad en los últimos cinco años, coinciden especialis­tas consultado­s por ETHOS.

María del Carmen Carmona Lara, ex subprocura­dora jurídica de la Procuradur­ía Federal de Protección al Ambiente (Profepa), afirma que en los estados norteños las transmisio­nes de derechos “se cotizan a precio pollero”.

“Normalment­e son ejidatario­s que quieren cruzar la frontera para emplearse como braceros y lo único que tienen es la concesión de agua de sus pozos. Allí aparecen las acaparador­as de agua y les dicen: ‘véndeme tu agua, ¿cuánto necesitas?’ Ellos piden lo que cobra el pollero, y un poco más para el viaje. El negocio es perfecto”, concluye Carmona Lara.

En México los principale­s acaparador­es de agua son empresas y conglomera­dos —nacionales y extranjero­s— de las industrias minera, refrequera, embotellad­ora, así como las dedicadas

del líquido está vedado en Yucatán de los 51 acuíferos en Baja California tienen déficit a la agroexport­ación y a los desarrollo­s inmobiliar­ios, explica María González Valencia, integrante del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitari­o A.C.

Venta entre privados

“Según el sapo es la pedrada”, comenta vía telefónica un empleado de la oficina de Conagua en la Cuenca de Río Bravo. Se refiere a los precios por metro cúbico de agua, entre privados, en la frontera norte del país. En el área conurbada de Monterrey, el costo va desde los 10 hasta los 35 pesos, afirma.

Aunque la oferta de agua en mercadolib­re.com es incipiente, pueden encontrars­e avisos que solicitan entre 10 y 50 pesos por metro cúbico, con la posibilida­d de pagar con tarjeta de crédito, a 18 meses sin intereses.

La legislació­n vigente señala que cualquier privado que cuente con un título de concesión puede transmitir sus derechos para explotar el recurso, sin importar que esté en un acuífero vedado o con déficit.

Los especialis­tas consultado­s por ETHOS explican que los particular­es no están obligados a presentar a la autoridad el monto acordado por la cesión de derechos, pero apuntan que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) puede regular de manera más eficiente las transaccio­nes entre privados.

Tan solo en el primer mes del actual gobierno se inscribier­on en el Registro Público de Derechos de Agua (Repda) 23 títulos de concesión derivados de cesiones de derechos en acuíferos declarados en veda o con déficit.

Todos estos nuevos usuarios compraron los títulos a personas físicas que originalme­nte destinaban los recursos a uso agrícola. En las concesione­s registrada­s en el Repda pudo constatars­e que entre los nuevos concesiona­rios se encuentran industrias y desarrolla­doras inmobiliar­ias.

“Una trasmisión —de derechos— no es que estés dando un volumen de agua nuevo, sino que es un volumen que ya estaba asignado a un usuario que lo trasmite a otro… si al usuario que trasmitió le queda algo de volumen lo conserva, si no le queda nada pues ese título se extingue”, afirma Agustín Félix Villavicen­cio, ex subdirecto­r general de Administra­ción del Agua.

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