Eiza y la diversidad
Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw es una película que ofrece mucho más de lo que uno puede esperar. Además de una escena de acción en la que claramente se ven banderas gays en Londres (existimos en un universo donde la heteronormatividad impera y aunque pequeño, es un buen paso), se trata de una película con una factura sobresaliente, grandes actuaciones por parte de sus protagonistas y un ritmo vertiginoso. Son hombres compitiendo con superhéroes, solo de esta forma es posible.
También es una película diversa en cuanto a raza. Dwayne Johnson llevó la producción a la tierra de sus antepasados, Samoa, y aquello se convierte en uno de los disparates más entretenidos de toda la franquicia. Lo que da mucho gusto es ver a Eiza González fuera del estereotipo de las mujeres latinas en la pantalla, un tema que se ha tocado por años, pero que al parecer no progresa. Aquí se hace un esfuerzo.
Eiza tiene una pequeña participación como una mujer involucrada con la mafia rusa. En los pocos minutos que está a cuadro se le notan las ganas de destacar, de hacer su mejor trabajo y de ponerse al nivel de estos experimentados actores en el género. Es una mujer que ha trabajado con constancia para llegar a ese lugar y ya sea en esta franquicia u otras cintas de acción (lo hizo muy bien en Baby Driver) tiene todo para lograr un papel de peso. Hobbs & Shaw es mejor de lo que se puede creer.