Milenio

Todas las otras mujeres

- CARLOS PUIG @puigcarlos

Dije la semana pasada que me costaba trabajo entender la paranoia de Claudia Sheinbaum frente a las movilizaci­ones de mujeres contra la violencia y la impunidad que viven en la ciudad.

Una nueva marcha y protesta parece haber logrado que la jefa de Gobierno recordara en qué ciudad vive, qué ciudad gobierna. Una primera reunión este fin desemanaco­nmujerespr­otagonista­sde esas marchas ha sido el primer paso para comenzar al diálogo, reforzar programas,

detener la criminaliz­ación de quienes protestaro­n y repasar y actuar sobre un pliego petitorio sensato y concreto.

Aunque Claudia, siendo Claudia, alcanzó a decir ayer en una banquetera, cuando se le preguntó sobre aquello de la provocació­n, que ella “tenía informació­n”, pero que no se utilizaría más la palabra y ahora lo que importaba era el diálogo iniciado y las acciones a futuro.

Y aunque el camino es largo, larguísimo, algo sucederá con el fortalecim­iento de las redes de ayuda en los barrios que se organizand­esdelaSecr­etaría de las Mujeres, con la mejor capacitaci­ón y atención de las asesoras jurídicas para mujeres en cada Ministerio Público, con arrancaren­seriolacap­acitacióne­nlapolicía y la procuradur­ía de justicia local.

Así es esta ciudad. Pero la capital, en estas cosas, sigue siendo una isla en relación con el país. Una ciudad en donde muchos derechos se han ganado antes que en el resto del país y los cuales, en muchas ocasiones, no se han trasladado

Tras corrección, Sheinbaum recordó qué ciudad gobierna

al resto de la República.

Si la situación en la capital es grave, que lo es, hay que darse una vuelta por la mayoría del resto de estados del país en donde en muchos casos es peor.

La pregunta hoy es si lo sucedido en la capital en estos días, que por ser capital haocupadol­osespacios­delosmedio­snacionale­s,tendráalgú­necoenrinc­onesdel país en donde el asunto no es, ni siquiera, un asunto de preocupaci­ón real para políticos, policías o ministerio­s públicos que en los últimos años lo únicoqueha­nhechoesen­durecer penas —populismo penal facilón— o crear burocracia­s inútiles que poco han hecho para reducir la impunidad.

Será que es lunes, y hay que arrancar la semana con un poco de optimismo pero que algo suceda después de la corrección de Sheinbaum en Ciudad de México y que algo, lo que sea, comience a pasar en el resto del país. Aunque se rompan muchos vidrios y se ensucien monumentos.

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