La verdadera violencia detrás de la marcha
Tiene que existir otra manera de vivir en la cual antes de hombre o mujer seamos humanos
No, cuidado, no nos equivoquemos. El problema de la marcha contra la violencia de género no fue la violencia de quienes participaron en ella, sino la que la generó.
Antes de emitir un juicio tomemos en cuenta que de enero a abril de 2015 asesinaron a 610 mujeres —en el mismo período de
2019 la cifra fue de mil 199—. Las muertes son cada vez más violentas y un buen número de ellas se relaciona con el uso de transporte público. ¿Qué esperan las autoridades para atender este problema?
Claudia Sheinbaum declaró: “Solicité a la PGJ que intensifique investigaciones y acciones que lleven a la detención de los agresores a…” ¿adivine a quién? ¡A los periodistas que fueron agredidos!
¿Qué? ¿Es en serio? Yo en verdad creí que iba a decir “a las mujeres que han desaparecido”. El video del reportero agraviado muestra que le está “aventando” la cámara a una mujer en específico: ¿hasta en esta marcha hay que soportar acoso?
Graciela Hierro, la mujer que abrió las puertas a los estudios de género en la UNAM, insistía en que la lucha no era contra los hombres, sino con ellos, por todas y por todos. Seguramente ella le daría una excelente cátedra a aquella mujer que desde la RAE dice que no hay necesidad de decir “todas y todos”: el primer grado de violencia es la invisibilización de la mujer y de ahí hasta el feminicidio. En ese mismo tenor la UNAM intentó encender el movimiento internacional HeforShe, para incorporar a los hombres a la lucha por los derechos de la mujer, pero éste no arraigó en nuestro país.
Las imágenes de la reciente manifestación nos dejan ver el coraje, la rabia de las mujeres que responde a una realidad concreta: las autoridades o hacen algo o hacen algo. Ser mujer en México es una constante lección de odio: desde “al decir ‘todos’ o ‘niños’ ellas deben sentirse incluidas” hasta el sabio decir de mi vecino: “yo con viejas no discuto” y de ahí, al acoso, maltrato y asesinato: todo esto es odio.
Tiene que existir otra manera de vivir en la cual antes de ser hombre o mujer seamos seres humanos. Hoy todos sí y todas también debemos cerrar filas con el feminismo: México está en deuda con sus mujeres.