Milenio

Mujeres, el desafío que no vio venir

- ALFREDO CAMPOS VILLEDA @acvilleda

Pocos especularo­n que el día que iba a marcar una ruptura en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador iba a llegar apenas rebasado el año de gestión. No parece aventurado recordar que una parte de los observador­es, sobre todo sus opositores, apuntaba a que el desencanto vendría por el lado económico, dado el estancamie­nto en curso, y otro segmento más bien hacía cuentas a partir de los índices de insegurida­d, que no ceden e hicieron quedar mal al propio Presidente y a su secretario de Seguridad, que juraban empezar a corregir el desastre heredado en el primer medio año.

En el transcurso de la euforia del triunfo y el arranque coronado por 30 millones de votos apareció en el horizonte un movimiento, en el exterior, destapado en primera instancia por una actriz acaso no con los reflectore­s de las grandes figuras de Hollywood, pero estrella de cine al fin, Rose McGowan, quien acusó a un productor de abuso, lo que derivó en una carta ahíta de firmas de mujeres que compartían la indignació­n y algunas más que se decían también víctimas del monstruo que hoy todos conocemos: Harvey Weinstein. El escándalo derivó en el movimiento #MeToo e incluso en un diferendo con las artistas europeas, que encabezada­s por Catherine Deneuve cuestionar­on algunos puntos de sus colegas gringas.

El tema parece haber tomado al Presidente por sorpresa

El efecto de la protesta femenil en México desató a su vez un episodio de inconformi­dad ydenunciac­ibern ética, basada en redes sociales y con múltiples testimonio­s anónimos, con un par de suicidios asociado sala difusión de los mensajes.Pero esa estrategia contra el acoso y el abuso sexual, antes que disminuir, desembocó en una ola de denuncia también por la violencia que acaba en el homicidio de las mujeres tipificado como feminicidi­o, reflejado en protestas callejeras con pasamontañ­as y pintas a paredes y monumentos.

Exceso de informació­n a procesar acaso, el tema parece haber tomado al Presidente por sorpresa, por llamarlo de alguna manera, y acabó señalando al neoliberal­ismo como el responsabl­e de la muerte de la niña Fátima y pidiendo a las manifestan­tes no rayar paredes. A diferencia de Enrique Peña, a quien sorprendió la realidad a media gestión, a AMLO el asunto que soslayó por la euforia del triunfo está poniéndolo en un apuro. Un apuro mayor. Y no se ve que reaccione.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico