Influenza y covid
La fase de descenso de la pandemia de covid-19 y el inicio de la temporada de influenza, junto con el dengue en varias entidades de nuestro país, representan un importante riesgo para la salud de la población. Los tableros de riesgo en los sistemas sanitarios siguen encendidos, corresponde a las autoridades de los diversos niveles de gobierno estar atentos y actuar con oportunidad para garantizar la salud y la vida de las y los mexicanos. Entre las muchas lecciones que nos ha dejado esta crisis sanitaria ha sido el valor de la prevención y de la intervención temprana en los problemas de salud.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud Federal, la epidemia de covid en nuestro país lleva ocho semanas de descenso; sin embargo, estamos lejos de que la pandemia termine. Apenas hace unos días, la Comunidad de Madrid, en España, volvió a establecer estrictas medidas de confinamiento y distanciamiento social; lo mismo ha ocurrido en regiones de Alemania y otras partes de Europa. En un escenario optimista, México iniciaría la aplicación de una vacuna contra el SARS-CoV2 hasta la primera mitad del próximo año y si bien la mortalidad afortunadamente ha disminuido por la adecuada aplicación de medicamentos y técnicas, aún no se cuenta con un medicamento específico para el covid-19. Un repunte en los contagios sigue latente y debemos estar atentos y ocupados en que esto no ocurra.
Desde 2009, con la epidemia de H1N1 cuyo epicentro fue nuestro país, las acciones institucionales contra la influenza se han incrementado. Sabemos que es un problema que de manera anual se presenta en el mundo, en nuestro país, entre los meses de octubre y abril; así como puede ser un padecimiento grave para importantes sectores de la población, los mismos a los cuales afecta mayoritariamente el covid y que ya todos conocemos. El peor escenario para nuestro país sería un rebrote de la actual pandemia y un pico en la epidemia estacional de influenza. En primer lugar, para evitar este escenario es preciso ser cautos en el proceso de apertura y, en segundo, concentrar esfuerzos en la prevención, lo cual significa realizar los mayores esfuerzos de las autoridades para cumplir la meta de la campaña nacional de vacunación contra la influenza, como son la aplicación de 33 millones de vacunas, que equivale a más de un tercio de la población de nuestro país.
¿Cómo aplicar 33 millones de vacunas? Las estrategias de vacunación, como lo establecen las autoridades sanitarias, buscarán atender primero a la población prioritaria o vulnerable. Los grupos prioritarios son los trabajadores esenciales, población vulnerable al covid-19 y personas con riesgo de complicaciones graves por una infección de influenza. Sin embargo, lo más importante nuevamente es la participación social. El pacto comunitario, como he denominado a esta colaboración entre gobierno y población, ahora debe volcarse para cumplir la meta de la campaña nacional de vacunación contra la influenza, como ya lo hizo para el inicio del ciclo escolar 2020-2021 a distancia y que ha sido el pilar de la respuesta de nuestro país a la epidemia de covid-19.
Entre las lecciones que nos ha dejado esta crisis sanitaria ha sido el valor de la prevención