Navalny acusa a Vladimir Putin
ticas de su borrador de ley sobre Mercado Interior antes de finales de mes. Ese borrador, por su naturaleza, supone una violación de las obligaciones a actuar de buena fe contempladas en el Acuerdo de Salida de la Unión Europea.
Más aun: si se adopta tal y como está ahora, será una contradicción con lo contemplado en el Protocolo específico sobre Irlanda del Norte. El plazo expiró ayer, no se ha retirado y, por tanto, la Comisión ha decidido enviar una carta de notificación oficial. Es el primer paso de un procedimiento de infracción», explicó ayer en una comparecencia Von der Leyen, tras recibir el apoyo por unanimidad del Colegio de Comisarios.
El opositor Alexei Navalny acusa directamente al presidente ruso de estar «detrás» de su envenenamiento, en su primera entrevista tras salir del hospital, en Der Spiegel. Moscú se ha defendido y asegura que Navalny trabaja «para los servicios especiales y las autoridades de los países occidentales».
Hace unas semanas, la UE amenazó con todas medidas legales tras el anuncio de Londres de sacar adelante un proyecto de ley que viola los acuerdos firmados, pero sin precisar cuándo o cómo. Querían explicaciones del Gobierno británico, comprender las motivaciones y, al final, dirimir si se trataba de una táctica negociadora sin recorrido o una posición firme. Pasado el tiempo en Bruselas no ven resquicios a los que agarrarse. Saben que el problema es mucho más político que jurídico, y que en medio de una negociación de inmenso calado que debería finalizarse en las próximas tres semanas de nada sirve un pleito a largo plazo, pero no queda más remedio que mover ficha. Y han escogido la vía menos agresiva, buscando no dinamitar las conversaciones en la recta decisiva, dando una oportunidad al diálogo. «Necesitamosunareddeseguridadlegal para proteger la integridad del Mercado Interior británico. Responderemos debidamente a la carta», replicaron desde Londres.
El segundo tema del día fue el problema cruzado bielorrusoturco. Hace unas semanas, los ministros de Exteriores fueron incapaces de lograr unanimidad y la situación se repetía durante la tarde. Fue el eje de la discusión, hasta el punto de que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, optó por cambiar el orden del día y lanzarse de lleno desde el inicio.
Chipre cree que el lenguaje que se barajaba en las conclusiones del Consejo no era lo suficientemente duro y seguía oponiéndose a las sanciones a Lukashenko si no mejoraba. Además, Macron, en un piquepermanenteconErdogan,metió cizaña pidiendo también una condena expresa a la posición de Ankara en Nagorno-Karabaj. Por ello, ya entrada la noche, hubo un receso para reescribir el texto intentandolimarasperezasyMichel aprovechó para reunirse con Merkel y los líderes griego y chipriota. Un lenguaje algo más firme, pero sinatisbodesancionesaErdogany su gente, más respaldo a los socios pero poca novedad. Nicosia ya había logrado llamar la atención, recabarapoyos,mandarunmensaje, pero forzar a los 26 socios a mucho más, les dijeron, empezaba a estar fuera de lugar.