Milenio

Belén Garijo López, la española más poderosa

Abandonó Albacete con 17 años y la acaban de nombrar CEO de Merck, la farmacéuti­ca alemana; casada y con dos hijas, rompe techos de cristal con liderazgo

- MARINA PINA

Almansa, 1977. Una joven Belén Garijo López abandona el hogar familiar para mudarse a Alcalá de Henares. Acaba de terminar el colegio y en la ciudad madrileña va a comenzar los estudios de Medicina. Lo primero de todo, antes de ponerse con los libros, es encerrarse en la facultad para protestar por los numerus clausus. Ocho mudanzas después de aquel primer viaje fuera de casa, Belén Garijo se prepara para ser la presidenta y CEO de Merck, el fabricante multinacio­nal alemán de productos farmacéuti­cos. El nombramien­to se hizo oficial el lunes y será efectivo el 1 de mayo de 2021.

No es cualquier cosa lo conseguido por Garijo: se convierte en la mujer más influyente del mundo farmacéuti­co, la primera ceo en una empresa de las 30 que cotizan en el Dax alemán y probableme­nte la española más influyente del mundo junto con Ana Botín. Las dos, por cierto, con los 60 recién estrenados. La doctora, antes de verano y la banquera, este domingo.

Belén Garijo salió, como decíamos, de Almansa con 17 años para estudiar Medicina en Alcalá de Henares. Recién licenciada hizo la residencia en La Paz y después se convirtió en médico de familia en Sanitas. Se dio cuenta entonces de lo importante de escuchar al paciente para poner soluciones. Y también de que le interesaba el mundo farmacéuti­co además del sanitario.

Con 28 años, en 1988, se convirtió en directora médica de Abbott España. Comenzó entonces un crecimient­o profesiona­l y personal. Se casó con un compañero de profesión –el doctor Mora, que se dedica a la urología– y tuvieron dos hijas, Irene (1991) y Belén (1995). La maternidad no hizo que Garijo se topara con un techo de cristal. Con un marido consciente de su potencial, se mudó a Chicago en 1996 cuando la nombraron directora de la Unidad de Negocio de Oncología de Rhone Poulenc Rorer. Durante años hicieron malabares para que la familia pasara tiempo junta. La doctora ha reconocido en alguna entrevista que fueron momentos duros.

Con la década de los 40 recién estrenada, Garijo fue nombrada vicepresid­enta del área de oncología a nivel mundial de Aventis. Un nuevo reto y otra mudanza, esta vez a Nueva Jersey. Fueron tres años más expatriada. En 2003, Garijo se encargó de la fusión de Aventis con Sanofi y logró mudarse a Barcelona como directora general de Aventis. No estuvo mucho tiempo en la Ciudad Condal, pero al menos ya se acercaba a Madrid y a su familia de nuevo para estar más presente en la adolescenc­ia de sus hijas.

Tras el cierre de la operación, Belén Garijo fue nombrada vicepresid­enta de operacione­s en Europa, lo que le supuso una nueva mudanza, esta vez a París en 2006. “Durante mi etapa en Sanofi yo iba y venía todas las semanas a París para que ellas no se movieran. También ha sido difícil para mi marido, que ha tenido que supeditar su trayectori­a a mi carrera”, reconoció en una entrevista con Fuera de Serie.

Llegó 2010, Garijo cumplió 50 años y lejos de estancarse, Merck llamó a su puerta y le ofrecieron ser consejera delegada de la división farmacéuti­ca. Una nueva empresa y un nuevo proyecto que suponían, también, una nueva mudanen za, esta vez a Ginebra. En Madrid dejaba a una hija en la universida­d y a otra a punto de terminar el colegio. “Cuando han llegado a determinad­a edad, yo las he empujado a moverse”, aseguró en la citada entrevista, probableme­nte una de las más personales. Su hija mayor, que se formó en Icade, estudió un año en la Universida­d de Bentley, Massachuse­tts. La pequeña heredó la vocación por la Medicina de sus progenitor­es y aspira a ser uróloga como su padre. De momento, tras formarse en Tufts –una de las mejores universida­des del mundo–, trabaja en un programa de donación de órganos con el Miami Transplant Institute.

En 2012, Garijo aceptó entrar como consejera en BBVA y en 2014 hizo lo propio con L’Oréal. Una empresa dedicada a la belleza pero que incorpora en sus tratamient­os activos que en medicina se utilizaban desde hacía décadas, como la vitamina C, el retinol o el ácido hialurónic­o.

Desde Ginebra y con la familia desperdiga­da por el mundo recibió esta semana Garijo la noticia de su ascenso. Esta vez como presidenta y ceo de Merck, lo que significa una nueva mudanza, esta vez a Fráncfort, para alegría de los alemanes, que consideran a Belén la directiva más cotizada.

Mediterrán­eo y madridismo

Su cambio de trabajo supondrá un aumento de su ya millonario salario. En 2018 ingresó 5,7 millones de euros por su trabajo. Cifras que le permiten vivir con cómodos y discretos lujos. En Madrid, la familia está empadronad­a en un piso de 100 metros cuadrados en El Viso, a pocas manzanas del estadio Santiago Bernabéu, donde la familia ha visto numerosos partidos del Real Madrid. Pasan las vacaciones en el Mediterrán­eo y siempre que pueden se reúnen en familia o con los amigos de la universida­d, que aún los conserva.

“Aún no he descubiert­o cómo llega a todo. Gracias por todo mamá, feliz día de la madre”, escribió su hija Belén en Twitter el pasado 10 de mayo. Ambas han participad­o en conferenci­as en las que ponen de ejemplo a su progenitor­a como un caso de éxito.

“Ha sido difícil para mi marido, ha tenido que supeditar su trayectori­a a mi carrera profesiona­l”

Con su ascenso, se muda a Fráncfort; ha vivido en Nueva Jersey, Chicago, Barcelona y París

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