TRASCENDIÓ
Que
la superdelegada del gobierno federal en Tlaxcala, Lorena Cuéllar, está por dejar el cargo para contender por la gubernatura de su estado ante los “buenos resultados” que, dice, arrojan sus mediciones. Por lo pronto, ayer se reunió con el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, para diseñar una estrategia de combate a la trata de personas, que será su principal bandera de campaña.
Que
por cierto, en Álvaro Obregón andan buscando a Layda Sansores porque dicen que desde hace más de un mes no se aparece por la sede de esa alcaldía capitalina. Los malpensados que no faltan juran que la funcionaria ya se encuentra en territorio campechano preparando la campaña a la gubernatura, pues para nadie es sorpresa que hacia allá apuntan sus aspiraciones desde que era per re dista.
Que
la explicación de que acabe descarrilado el proceso de relevo en la dirigencia de Morena no está en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que encabeza Felipe Fuentes, sino en la in capacidad de ese partido para ponerse de acuerdo y resolver sus diferencias, ilustradas en más de 30 recursos interpuestos en el camino para elegir líder. Sin estas impugnaciones, nada tendrían que ver los magistrados en este lío, a los que ahora acusa Porfirio Muñoz Ledo de querer beneficiar a cacicazgos.
Que
la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, siempre sí comparecerá esta tarde de manera presencial ante comisiones después de que la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados desechó la solicitud morenista para celebrar de manera virtual el encuentro con motivo de la glosa del Informe presidencial.