¿Los violentos le van a hacer el trabajo a Trump?
y tenemos que irnos al intervalo de confianza y los intervalos están completamente traslapados y es porque tuvieron prácticamente el mismo número de votos”, añadió Patricia Romero, también experta de la UNAM que colaboró con el INE.
Sobre que en la encuesta de reconocimiento Muñoz Ledo obtuvo41.7puntosyDelgado27.1,Francisco Abundis, de la encuestadora
Sin embargo, la diputada Lorena Villavicencio insistió en la demanda de al menos 47 integrantes de la mayoría parlamentaria: “Estamos en nuestro legítimo derecho de solicitar que se rinda un informe que fue omiso, no nos contestó, siendo tan sencillo presentar un informe de los grupos parlamentarios y no lo ha hecho hasta el momento”.
Según integrantes del primer círculo de Delgado, por lo menos 140 de los 251 diputados morenistas se han sumado a su causa y promueven al líder del grupo parlamentario en sus respectivos estados.
Además de los legisladores Sergio Gutiérrez y Erasmo González, sus operadores de campaña, Delgado tiene hoy el respaldo de los diputados Javier Hidalgo y Marco Andrade tras ser marginados de
Parametría, señaló que se trató de dos ejercicios distintos, porque en la primera encuesta no se enfrentaban todas las opciones que se presentaban, mientras que Ulises Beltrán aclaró que preferencia no implica conocimiento.
Abundis dijo que el escenario de un nuevo empate entre Muñoz Ledo y Delgado es poco probable, aunque posible, por lo que al ser una encuesta entre solo dos opciones, sería necesario tener otros métodos estadísticos para tener un ganador.
El dirigente interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, solicitó que la UNAM y el IPN auditen a las encuestadoras, porque ocurrieron cosas “medio raronas” y “sorpresas”. También anunció que Morena hará una encuesta espejo del próximo sondeo del INE. la encuesta final para la designación del nuevo dirigente, así como a Dolores Padierna, vicepresidenta de la Cámara de Diputados.
Villavicencio desestimó las adhesiones al coordinador de la fracción y aseguró que Muñoz Ledo tiene el apoyo de 50 legisladores, entre ellos Aleida Alavez, Laura Imelda Pérez e Irma San Juan.
“Delgado se representa a sí mismo, replica discurso, no construye con ideas propias y su única base, producto de su cargo, son algunos diputados, mientras la base de Porfirio son los militantes y simpatizantes de Morena, de la izquierda y de la socialdemocracia”, dijo la legisladora.
En ese contexto y ante la posibilidad de que Delgado deje su curul y asuma la dirigencia de su partido, la nueva disputa será por la coordinación de la bancada.
L a malignidad de los líderes populistas se manifiesta sobre todo en sus seguidores. Nuestras sociedades no están pobladas únicamente de individuos generosos y tolerantes, sino que en el corazón de muchos sujetos late toda la maldad del mundo. Contienen éstos su inquietante salvajismo, sin embargo, porque en la arena pública no se escuchan las toscas voces de los bárbaros ni resuenan tampoco llamados a la oscura violencia de los tiempos antiguos. El proceso civilizatorio ha mitigado grandemente la intemperancia de quienes detentan el poder y su discurso se ajusta, hoy día, a unas normas que exigen mesura y urbanidad, en oposición a las incendiarias soflamas que acostumbraban los conquistadores y, en una categoría menor, los caciques regionales con aspiraciones de tirano. La propia democracia liberal, en su condición de doctrina dirigida a asegurar derechos ciudadanos y a garantizar libertades, no convoca al extremismo, sino que, por el contrario, promueve el reconocimiento del opositor, consiente el pensamiento crítico y privilegia la libre expresión. En una sociedad abierta no hay lugar para los sectarios y ellos mismos perciben tan cabalmente esta realidad que limitan (o limitaban, porque las redes sociales les ofrecen ahora foros sin mayores trámites) sus actuaciones a un ámbito personal —o hasta clandestino, cuando se les aparece el intimidatorio espantajo de la legalidad— y restringen sus actividades sospechando, con cierta razón, que la intransigencia carece (todavía) de cartas de nobleza.
Todo cambia, desafortunadamente, cuando el caudillo populista se aparece en el escenario y comienza a bramar amenazas con la zafiedad del bruto de cantina o a soltar las bravatas del matón de barrio. Ahí, los violentos se sienten reconocidos porque en la abierta propalación de chabacanas rudezas y ramplonerías ven a uno de los suyos. La incultura, entonces, ya no se oculta, ya no es algo que pudiere ser un tanto vergonzante o inapropiado. Por el contrario, es el estilo que practica el mismísimo líder, miren ustedes, y los fanáticos no solo se identifican plenamente con el dirigente, sino que están dispuestos, precisamente porque ha sido él quien los ha legitimado, a luchar a su lado y, llegado el caso, a servirle en el trabajo sucio de amedrentar –o hasta atacar violentamente— a sus opositores.
Donald Trump es precisamente uno de esos bravucones. Ha lanzado amenazas sin pudor alguno, ha insultado, ha mentido y ha calumniado con un cinismo que, por lo visto, embelesa a sus seguidores. No todos sus partidarios son intransigentes, desde luego, pero un sector de ellos sí parece estar dispuesto a responder a los llamados del supremo provocador. Advierte, el inquilino de la Casa Blanca, que pudiere no reconocer los resultados de las próximas elecciones. ¿Qué va a pasar?
“Estamos en nuestro legítimo derecho de solicitar que se rinda un informe que fue omiso, no nos contestó, siendo tan sencillo presentar un informe de los grupos parlamentarios y no lo ha hecho hasta el momento”
Lorena Villavicencio Diputada de Morena
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Ha lanzado amenazas sin pudor alguno y calumniado con un cinismo que embelesa
a sus seguidores