Sed de sangre
Entrediciembrede1977yenerode1978, un asesino en serie impuso el terror en la ciudad de Sacramento, California. No solo se trataba de la recurrencia de los ataques sino de la saña con que estos eran realizados.
Por el estado en el que fueron encontradas algunas de las víctimas, la policía local supo que enfrentaba a un asesino al que la sangre trastocaba su sexualidad, así como a un violador, a un mutilador… y a un vampiro.
Por ejemplo, Teresa Wallin, de 22 años y con tres meses de embarazo, fue asesinada a balazos. El cuerpo inerte fue arrastrado hasta una cama, donde el criminal lo violó y le arrancó uno de los pezones a mordidas, para después abrirlo en canal.
El cadáver de Wallin, asimismo, recibió varias puñaladas, al grado de que algunos de sus órganos quedaron expuestos. Un vaso de yogurt con sangre, con la media luna que los labios hacen en las orillas cuando algo se bebe, despertó la alarma entre los agentes, pues, sin duda, eran testigos de la actuación de un asesino con una sed muy peculiar.
Cuando Richard Trenton Chase, de 28 años, fue detenido, explicó que mutilaba a sus víctimas para beber su sangre y así recuperar la que él perdía diariamente después de que en un hospital le robaron su arteria pulmonar.
Chase sufría el “Síndrome de Renfield”, término acuñado por el psicólogo clínico estadunidense Richard Noll, basado en R.M. Renfield, el personaje de la novela Drácula de Bram Stoker, quien, recluido en el manicomio del doctor John Seward, come moscas, despuésarañasymásadelantequierepresasmásgrandes,quelefuncionanpararecuperarsufuerzavital.
Cuando los investigadores acudieron a la vivienda de Chase encontraron conejos muertos sin una gota de sangre, la cual el infractor bebía en vasos transparentes y con la ayuda de un popote, como si fueran frappés.
Drácula de Sacramento asesinó a seis personas en el lapso de un mes. No la tuvo fácil en prisión. Era un hombre bajito, de unos 60 kilos, con padecimientos mentales, es decir, la víctima ideal para que el resto de los presos lo maltratara hasta el cansancio. El 25 de enero de 1985, Chase fue encontrado muerto en su celda de San Quintín. Se suicidó con una sobredosis del medicamento que le recetaba el psiquiatra de la prisión.
Entre diciembre de 1977 y enero de 1978, un asesino en serie impuso el terror en Sacramento