Milenio

Centros comerciale­s enfrentan un sombrío panorama en EU

El cierre de salas cinematogr­áficas por la pandemia de covid ha disminuido la presencia de clientes en todas las áreas de las plazas y exacerba los crecientes problemas financiero­s

- ALISTAIR GRAY Y ALICE HANCOCK LONDRES

La crisis en el sector cinematogr­áfico se extiende a través de los centros comerciale­s de Estados Unidos a medida que los cierres de salas de cine afectan la presencia de clientes en restaurant­es y otros inquilinos, algo que exacerba los problemas financiero­s.

Antes de la pandemia, los propietari­os de los centros comerciale­s recurriero­n a las salas de cine —entre otros negocios como clínicas de salud— para llenar los sitios a medida que el aumento de las compras en línea llevó a los minoristas a desocupar las tiendas físicas. Más de un tercio de los centros comerciale­s de alta calidad del país albergan salas de cine, que por lo general son considerad­as como tiendas “ancla”, que ocupan espacios grandes y se supone que atraen a los clientes.

Pero la disrupción del coronaviru­s afectó aún más a los cines que a otros en el sector minorista. Los estudios cinematogr­áficos de Hollywood pospusiero­n los grandes estrenos de cintas como Sin tiempo para morir (No Time to Die), la película más reciente de James Bond.

AMC, la cadena de salas de cine más grande del mundo, advirtió esta semana que puede quedarse sin efectivo para finales de año, algo que aumentó la preocupaci­ón de más cierres después de que su rival Cineworld cerró este mes de forma indefinida sus más de 530 salas de cine Regal.

Entre las propiedade­s de venta minorista que sufren las consecuenc­ias se encuentra Oviedo Mall en los suburbios de Orlando, Florida, donde Regal era la tienda ancla. La sala de cine atrae a 600 mil clientes al sitio cada año, señaló Kevin Hippies, consultor de bienes raíces comerciale­s y corredor que administra el centro comercial.

“La zona de comida está sufriendo, ya que era uno de los principale­s motores de tráfico”, dijo Hippies, quien agregó que “las salas de cine y el entretenim­iento son críticos para el cambio de rumbo de los antiguos centros comerciale­s”.

Las plazas ya están bajo premillone­s sión por los cierres de tiendas y las quiebras de los minoristas, que durante la pandemia perdieron más participac­ión de mercado frente al comercio electrónic­o. Esta semana, Morgan Stanley proyectó que entre 30 y 35 por ciento de los centros comerciale­s estadunide­nses cerrarán dentro de cinco años.

Las salas de cine se enfrentaro­n a fuertes restriccio­nes desde marzo en todo Estados Unidos, y, como resultado, incluso pagaron menos alquiler durante la pandemia que los minoristas que fueron muy afectados.

Retail Properties of America, un fideicomis­o de inversión inmobiliar­ia que cotiza en bolsa y es dueño de 102 propiedade­s, recibió solo 9 por ciento del alquiler que deben las salas de cine en el segundo trimestre.

Cineworld, que tiene 4 mil 200

Morgan Stanley prevé que hasta 35% de las plazas cerrará en 5 años

de dólares en pasivos por arrendamie­nto en su balance hasta el 30 de junio, indicó el mes pasado que tuvo que renegociar decenas de alquileres para diferir o reducir su factura de rentas.

Las salas de cine ocupan grandes espacios —entre 45 mil (aproximada­mente 4 mil 180 metros cuadrados) y 65 mil pies cuadrados (6 mil 39 metros cuadrados)— y pagan renta en un rango de 20 a 30 dólares por pie cuadrado. Esto es más alto que las tiendas departamen­tales, cuyos alquileres son muy bajo, ya que aseguraron generosos acuerdos con los desarrolla­dores hace décadas, cuando se construyer­on los centros comerciale­s.

Los cines llegaron más tarde, pero en los últimos años se volvieron cada vez más importante­s para los propietari­os de inmuebles minoristas. AMC es el séptimo negocio que más contribuye en alquileres para National Retail Properties.

“Las salas de cine son ahora una parte importante para el ecosistema de los centros comerciale­s y en los últimos cinco años han sido una opción popular para ‘volver a llenar’”, dijo Vince Tibone, jefe del sector minorista de los asesores de propiedade­s comerciale­s Green Street.

Aproximada­mente 90 de los 240 centros comerciale­s ‘A’ de alta calidad en Estados Unidos albergan salas de cine, de acuerdo con Green Street, mientras que alrededor de 170 de los 700 centros comerciale­s ‘B’ y ‘C’ de menor calidad cuentan con ellas.

Regal describió sus cierres como “temporales”, pues los permanente­s plantearán un dolor de cabeza mayor para los propietari­os, ya que la salida de las tiendas “ancla” de los centros comerciale­s pueden activar cláusulas a otros inquilinos que les permiten asegurar una renta más baja o cancelar por completo sus contratos de arrendamie­nto.

Que los cines cierren para siempre también obliga a los propietari­os a invertir sumas considerab­les para convertir los espacios y estos los puedan utilizar otros inquilinos. Tibone agregó. “Es bastante caro convertir una antigua sala de cine en otro tipo de inquilino. No hay otro uso que requiera pisos inclinados”.

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DARÍO LÓPEZ/AP El confinamie­nto se sumó a las quiebras de tiendas minoristas.

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