Petición de mano en Canal Once
Todavía no puedo creer la mala onda de muchas personas cuando se trata de asuntos del gobierno. Acaba de ocurrir algo delicadísimo y yo espero una explicación, no de Canal Once sino de esos medios, de esos periodistas y de esos usuarios de las redes sociales.
Por supuesto, estoy hablando del escándalo de la petición de mano de Carla Contreras.
Seguramente a usted le pasó lo mismo: de repente sonó su celular y le llegó un video donde Carla estaba conduciendo un noticiario de Canal Once cuando, de repente, la nota que estaba leyendo era la de su novio proponiéndole matrimonio.
¿Por qué comencé esta columna diciéndole que todavía no podía creer la mala onda de muchas personas cuando se trata de asuntos del gobierno?
Porque todo esto es mentira, está manipulado, fue sacado de contexto.
A diferencia de lo que se está diciendo en muchos lugares de alta credibilidad, en ningún momento se transmitió esta escena.
Fue un regalo que el novio de Carla y sus compañeros de trabajo le dieron, fuera del aire, la noche del martes 13 de octubre.
¿Por qué a nadie se le ocurrió mirar los noticiarios de Canal Once para comprobar el dato? ¿Por qué nadie buscó a las fuentes para preguntarles? ¿Por qué nadie hizo su trabajo?
Cualquier canal es como cualquier oficina y sus empleados, mientras no dejen de cumplir con sus obligaciones, tienen derecho a ser felices dentro y fuera de sus instalaciones.
Atacar a una periodista porque le propusieron matrimonio en un medio público es tan enfermo como maldecir a un médico por grabarse bailando después de haber estado todo el día atendiendo a enfermos de covid-19. No se vale.