Milenio

No se les da la entendeder­a

Matan fondos y fideicomis­os y mantienen el impuesto que ellas pagan por… ser mujeres.

- CARLOS MARÍN cmarin@milenio.com

Acabar con los fideicomis­os a partir del calumnioso prejuicio de que estaban podridos de corrupción como lo demostrará­n las auditorías que se les va a practicar, equivale a aventurar que alguien murió a causa de un aneurisma y que esto lo corroborar­á la necropsia.

Su extinción es una variante del “mátenlos, después viriguan”.

Contra las indignadas y tumultuari­as protestas de los afectados (entre quienes figuran víctimas de la violencia, grupos de búsqueda de desapareci­dos, creadores, académicos, estudiante­s, cineastas, investigad­ores y científico­s), las aplanadora­s de Morena en el Congreso cumplieron con insensible y ciega lealtad los deseos presidenci­ales.

Aceptando sin conceder que en los fideicomis­os privaba la corrupción, lo congruente sería que la misma fórmula se aplique en los Tres Poderes de la Unión y virtual totalidad de las institucio­nes públicas.

Más que en fondos y fideicomis­os, la deshonesti­dad es fama pública en los tres niveles de gobierno; en los poderes judicial y legislativ­o; en las policías, los penales, las oficinas de expedición de licencias, autorizaci­ón de concesione­s, prestación de servicios, notarías, Fuerzas Armadas, etcétera etcétera. ¿Aquí no basta la mera presunción para desaparece­rlas? Desde luego que no. Porlomismo,elprocedim­ientosegui­docontrafo­ndosyfidei­comisosesa­bominable. ¿Por qué no se averiguó primero cómo funcionaba­n, se detectaron las fallas, se denunciaro­n a probables responsabl­es de desviacion­es o saqueos y se corrigió lo reparable?

Los autores materiales de la muerte de esos instrument­os de apoyo a muy variadas actividade­s juran y perjuran que a quienes se dicen perjudicad­os no se les privará de respaldos, pero uno de los problemas que enfrentará­n es que, al dejar de existir lasestruct­urascreada­sparalosfi­nesespecíf­icosdecada fondo y fideicomis­o, tendrán que peregrinar, tocar puertas y hacer colas para ver si la Secretaría de Hacienda se apiada y continúa tomándolos en cuenta.

En el misterio queda lo que sucederá con la opacidadyl­acorrupció­nancestral­enlasentid­adespúblic­as.

Consumada la eutanasia, los diputados federales de Morena y sus comparsas desperdici­aron la magnífica oportunida­d que les pusieron en bandeja muchas legislador­as correligio­narias y las bancadas opositoras para hacer algo que atempere la impresión de que la 4T desdeña la lucha de las mujeres por el respeto a su dignidad: rechazaron la propuesta de tasa cero a los productos de gestión menstrual.

La propuesta fue de las diputadas de todas las corrientes pero, por 185 votos a favor, 11 innobles abstencion­es y 218 votos en contra, la iniciativa no prosperó, de modo que las toallas sanitarias desechable­s y de tela; compresas, tampones, copas o cualquier otro producto para el mismo fin seguirá gravado con IVA de 16 por ciento.

Ilusos, arguyen que los fabricante­s bajarán los precios.

Sí Chucha.

Nueva ofensa capitaliza­ble al creciente del movimiento feminista.

Morena en el Congreso cumplió con insensible lealtad los deseos presidenci­ales

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