La soberanía se gana con casa limpia
La detención en Estados Unidos de altos ex funcionarios de defensa y seguridad es un hecho grave que pone en evidencia la debilidad del Estado mexicano y de la soberanía nacional.
La crisis estalló por la expansión acumulada durante 70 años del lucrativo pero ilegal negocio del n arco tráfico, acompañado de su poder corruptor, que ningún gobierno ha podido ni podrá resolver sino se crea una estrategiade Estado a largo plazo, con una visión integral.
Primero, antes que nada, debe quedar claro que los inculpados tienen derecho a la presunción de su inocencia hasta que se demuestre lo contrario, pero tampoco debieron estar por encima de la ley.
Segundo, si tuviéramos un régimen jurídico fuerte, suponiendo sin conceder que las acusaciones fueran ciertas, el ex secretario de la Defensa Nacional en el gobierno de Enrique Peña Nieto y el de Seguridad Pública en el de Felipe Calderón, deberían ser juzgados por tribunales mexicanos y no en el extranjero por delitos cometidos en México, pero resulta que en nuestro país no existe ninguna demanda en su contra.
Tercero, si las demandas de los fiscales estadunidenses fueran comprobadas, revelarían la impunidad con que actuaban ambos funcionarios, traidores a la responsabilidad de proteger a la sociedad, y de garantizar la defensa y la seguridad interior de la nación.
Cuarto, para no informar a las autoridades mexicanas (seguramente por razones de seguridad nacional la DEA sí lo comunicó a las estadunidenses, pero éstas no pararon la demanda), los fiscales de Estados Unidos recurrieron al procedimiento legal de la “acusación sellada”, por el cual se mantiene secreta hasta que se detiene al inculpado y evita que una filtración malogre el arresto del sospechoso.
Quinto, la detención de los ex secretarios va a afectar la cooperación entre las fuerzas de seguridad y de inteligencia entre México y Estados Unidos.
Si algunas fuerzas militares y de seguridad de México han sido penetradas por organizaciones criminales, por un lado, y Estados Unidos ilegalmente interviene llamadas telefónicas, por el otro, la interrupción de la cooperación bilateral no hará más que beneficiar a los delincuentes.
Lo que se debe hacer es fortalecer la ayuda recíproca a través de un nuevo esquema de cooperación de respeto que permita reconstruir la confianza mutua.
Un experto en el tema del narcotráfico en la relación bilateral me comentó:
“Por lo que se ve la DEA y otras agencias llevan años investigando a muchos miembros del Ejército y otras dependencias, y quieren dominarlas. Al final, de eso se trata: Mostrar que quien no cooper e con la DE A, en sus propios términos, tarde o temprano será objeto de investigación y persecución. Esa es una amenaza para el gobierno pasado, para el gobierno actual y para el futuro. Es una amenaza para todo el Estado mexicano. La 4T no debería festejar lo ocurrido, porque todo indica que funcionarios actuales también están bajo investigación. Los pueden poner en jaque”.
La mejor política de cooperación internacional requiere una fuerte seguridad interna. La soberanía empieza con limpiar la casa y recibir ayuda pero sin las intromisiones del vecino.