El Gusano
El Gusano es un cuento del escritor chileno Roberto Bolaño sobre un joven estudiante que evade las clases para irse al Centro de Ciudad de México a ver películas y visitar El Sótano y la Librería de Cristal, donde busca autores desconocidos y procura robar libros.
No tanto como Arturo Belano en Los Detectives Salvajes, pero el personaje de El Gusano es una ligera proyección del propio Bolaño, quien en los setenta, a sus 17 años, era un asiduo atracador de El Sótano y de la desaparecida Librería de Cristal, aunque ésta le resultaba siempre un desafío mayor.
Bolaño era omnívoro en la elección de sus presas. No se llevaba siempre los libros que quería, sino los que podía. En el colmo del atrevimiento jamás vendía lo que robaba: lo leía.
La primera vez que El Gusano apareció en la obra de Bolaño fue en un poema de mismo nombre en el que sostiene una especie de duelo con el narrador del texto. Comienza así: “Demos gracias por nuestra pobreza, dijo el tipo vestido con harapos. Lo vi con este ojo: vagaba por un pueblo de casas chatas, hechas de cemento y ladrillos, entre México y EU”.
A todas luces, El Gusano es un hombre que parece gusano. Tan blando y frío que no es complicado imaginarlo como un protocriminal nacido en un sitio de Sonora poblado de asesinos llamado Villaviciosa.
Pero El Gusano también —relata
deo@detective.org.mx
Pienso en él y en todo esto en medio de la atmósfera sombría
Bolaño en su poema— “parecía un chileno de 22 años entrando al café La Habana y observando a una muchacha rubia sentada en el fondo, en la mente desalojada. Parecían las caminatas a altas horas de la noche de Mario Santiago”.
Además de Mario Santiago, otro escritor que deslumbró a Bolaño en sus años mexicanos fue Efraín Huerta, poeta consagrado que lo apoyó en la creación del infrarrealismo, por lo cual fue bautizado como “Infraín Huerta”.
Pienso en El Gusano y en todo esto en medio de la atmósfera sombría provocada por la pandemia que acecha a nuestras sociedades, nuestras costumbres, nuestras amistades y nuestras familias. Una tristeza en cámara lenta que se asoma cotidiana y que coexiste con ilusiones fugaces que aún emergen: el plebiscito de Chile, una posible derrota de Trump o un enfermo que se recupera y vuelve a casa...
Como cualquiera, El Gusano desea sobrevivir este invierno peligroso.