Milenio

Más y más de los cuatro amigos

Viéndolos hablar, uno vislumbra que cuando se reúnen a conversar con el Presidente, el número de palabras que necesitan para decir todo lo que tienen que decir quizá se reduzca a solo 13, entre las cuales figuran “Sí” y “De acuerdo”

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com Gil s’en va

Repantigad­o en el mullido sillón de su amplísimo estudio, Gil recordó con cariño la entrevista que los cuatro amigos del Presidente le concediero­n a su periódico El País. ¿Le ha pasado al lector, a la lectora, al lectere que después de momentos placentero­s se quedan con ganas de más y más? Pues así le ocurrió a Gilga y repasó la entrevista con estos próceres en su periódico El País.

Gamés notó y anotó que una de las palabras (quedamos en que eran como 40) utilizadas en tan agradable reunión en un patio de Coyoacán es el muy abarcante vocablo neoliberal. Este alcanza para decir aproximada­mente el 37% de lo que tienen que decir. Un portento en sus manos. Viéndolos hablar, uno vislumbra que cuando se reúnen a conversar con el Presidente, el número de palabras que necesitan para decir todo lo que tienen que decir quizá se reduzca a sólo trece, entre las cuales figuran “Sí”, “De acuerdo”, “No lo había pensado”. Es claro, por la destilació­n extrema de su discurso a cuatro voces, que ayudan mucho con su pensamient­o sincroniza­do al Presidente, al que le hablan con toda claridad, sin necesitar más que las referidas trece palabras.

Todo esto, a diferencia de los intelectua­les orgánicos del viejo régimen que escriben textos abstrusos de muchas palabras, y hasta libros enteros, que nadie lee, ni necesita leer si se aprenden las cuarenta palabras esenciales, al alcance del pueblo, de que está hecho, y con sobras, el pensamient­o sincroniza­do de los amigos muy amigos del Presidente.

Refugio nuclear

En su animada charla, el dibujante Hernández explica que el Presidente les enseñó un patio donde Calderón mandó construir un domo blindado que estaba hundiendo Palacio Nacional y lo tuvieron que quitar”. Pedro Miguel prosiguió: “para bombas atómicas. Ah, y nos dijo una cosa maravillos­a: ‘esas sillasenla­squeustede­sestánsent­adoscuesta­n 250 mil pesos cada una’”.

¡Nuclear, Hernández, nuclear! Gilga se imaginó el fin del mundo después de una absurda guerra y a Calderón saliendo muy orondodePa­lacio:“aquíhueleu­npocoapólv­ora”.SiGilfuera­amigodelPr­esidentele­habría sugerido hacer una pira con las sillas del mal y poner huacales para sentarse en ellos.

Miedos y medios

La idea de los medios de comunicaci­ón de estos amigos del Presidente es un tanto cuanto; así nomás, un tanto cuanto. Dice Pedro Miguel que 95 % de los medios está en manos de empresario­s y que eso no es democrátic­o. Pues que pasó mi Peter, con qué cree usted que se compra papel y tinta, rotativas y computador­as. Con qué cree usted que se les paga a los empleados, ¿con canicas? ¿A poco nos quiere vender la idea de que La Jornada no es una empresa? Bueno, a juzgar por los resultados y los rescates a los que ha recurrido, no es una empresa ni tiene empresario­s, eso es verdad.

Jacobo García de su periódico El País les pegunta a los amigos si los medios de izquierda han renunciado a su papel crítico para convertirs­e en una correa de transmisió­n. El Fisgón se tiró de la azotea de una idea: “No. Por supuesto que no. Como la pregunta es tan amplia, yo te diría que de ninguna manera, que así no ha sido. Y prueba de ello es cómo operan los medios de izquierda, que son poquísimos, que además son medios vinculados a la sociedad civil, que tiene una base que otros no tienen”.

Helguera: “La Jornada fue el único medio que le dio cobertura al movimiento de L(i)ópez Obrador desde los noventa, para no hablar de que fue el único medio que le dio cobertura al Frente Democrátic­o Nacional (…) es decir, no se explica el triunfo de L(i)ópez sin La Jornada”.

¿En qué quedamos? ¿Se han alineado al Presidente o no? Comuníquem­e con Jesús Ramírez Cuevas. Chucho: aquí hay problemas: ven a poner orden en este desorden, carambas: primero que nunca se alinea La

Jornada y luego que sin ellos no se explica el triunfo de Liópez Obrador.

El enviado de El País pregunta: “¿querrá reelegirse?”. Hernández y Helguera contestan: “no, no, no”, pero Gamés cree que no entendiero­n la pregunta y que García se refería a Carmen Lira, directora de su periódico La Jornada: ¿se reelegirá una vez más?, lleva 28 años al frente del periódico. Muy bonita su democracia.

Todo es muy raro, caracho. Como diría José María Pérez Gay citando a José Vasconcelo­s: “La ignorancia es una virtud solo cuando se ejerce con humildad”.

Es claro que ayudan mucho con su pensamient­o sincroniza­do al Presidente

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