La movilidad desde lo local
La aprobación del derecho a la movilidad en la Constitución, reforma en curso avalada por unanimidad en el Congreso federal (y hasta el miércoles por 15 congresos locales), puso el tema en la agenda pública con una relevancia no vista hasta ahora, pero, sobre todo, permitió escuchar voces que en el país abogan por un cambio cultural urgente que mejore nuestra vida urbana.
Gracias a la era covid ahora es posible seguir en línea las sesiones de los congresos locales. Algunos ya las transmitían, pero debido a la pandemia ahora lo hacen todos. Ello permitió observar a legisladores locales, representantes populares en todo el país, subir a tribuna a defender su voto por esta reforma.
La unanimidad con que avanzó el cambio también es impresionante, así votaron en Baja California Sur, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Quintana Roo, Sinaloa y Tabasco, entre otros. Donde no fue así, como en Coahuila, fue mayoría con una sola abstención.
En Quintana Roo, la diputada local Erika Castillo, de Morena, abogó en su intervención por consagrar la movilidad como un derecho humano. En el Congreso de Sinaloa, Karla Montero pidió: “Piensa global, actúa local”. En Guerrero, el legislador Arturo Martínez Núñez celebró la aprobación y en Chiapas Janette Ovando, del PAN, dijo que esta reforma es un avance en el reconocimiento de derechos de tercera generación.
Ciudades como Morelia, Colima, Puebla, Guadalajara, Oaxaca y Culiacán, por citar algunas, llevan ya camino andado. Hace tiempo comenzaron con obras en favor de peatones y ciclistas, además de que a nivel estatal hicieron la transición de sus secretarías de transportes a secretarías de movilidad y aprobaron leyes en la materia.
No necesitaron esta reforma constitucional para entender que las ciudades deben cambiar y dejar atrás el predominio del automóvil en el diseño urbano. Sin embargo, que el tema se vuelva nacional y que comience a discutirse con fuerza en el espacio público ayuda a acelerar la velocidad del cambio.
Tener en la Constitución el derecho a la movilidad permitirá impulsar políticas nacionales, cobijará a ciudadanos en aquellas entidades o municipios donde las autoridades locales no avancen y, sobre todo, es un paso más en el cambio cultural que hace falta para tener ciudades más felices.
Es el comienzo de un cambio inconmensurable pero real en el cual participan muchas personas, organizaciones sociales, autoridades locales y federales, activistas, intelectuales y periodistas, pero no son suficientes.
Llevamos un siglo con ciudades pensadas desde y para el automóvil, es tiempo de invertir las prioridades. Se trata de mover personas y bienes, en condiciones de seguridad, equidad, igualdad y accesibilidad en el espacio público, tal y como apunta el nuevo derecho a la movilidad que está a punto de quedar plenamente integrado en nuestra Constitución. Enhorabuena a todos los que lo han hecho posible.
Se trata de mover personas y bienes en condiciones de seguridad, equidad e igualdad