Milenio

La ONU al quite, no pudo la 4T

El des abasto de medicament­os, más por la pésima gestión oficial que por“corrupción ”.

- CARLOS MARÍN cmarin@milenio.com

La oficina de Proyectos de la ONU comprará para el sistema público mexicano medicament­os, vacunas y equipos a través de licitacion­es internacio­nales: 384 claves de patente por 32 mil millones de pesos, en la idea de que así combatirá “la corrupción” y el desabasto.

El presidente López Obrador afirmó: “Hay constancia de que había 10 empresas que acaparaban lo relacionad­o con la venta de medicament­os y tenían hasta representa­ntes en el interior del gobierno que los defendían, al grado de que nos llevó muchísimo tiempo enfrentar esas resistenci­as”.

Lo que no consta son investigac­iones ministeria­les ni empresas o personas imputadas ante el Poder Judicial.

A mediados de julio AMLO anticipó la medida porque “no vamos a estar como rehenes de grupos que hacían su agosto, que lucraban, que vendían medicament­os hasta adulterado­s, caducos; que acaparaban todas las compras del gobierno, de medicament­os; laboratori­os muy famosos que pensaban que por tener buena relación con los medios de informació­n y con campañas de desprestig­io al gobierno, que nos iban a doblegar...”.

La determinac­ión parte del prejuicio, un mal diagnóstic­o y la improvisac­ión:

En el IMSS había un área donde alrededor de 300 personas calificada­s planeaban las compras con un año de antelación. Estudiaban oferta y demanda para cinco mil puntos de entrega (almacenes, hospitales, clínicas), enlistando las adquirible­s y calendariz­aban tomando en cuenta “redes de frío” para la preservaci­ón, detectando laboratori­os y cantidades de medicament­os e insumos: para los de patente (monopolio natural) se negociaba el mejor precio posible (un comité ex profeso encauzaba todo hacia un proceso consolidad­o de licitación), y los genéricos se licitaban con empresas nacionales que concursaba­n (en 2018, el IMSS amarró para 2019 cerca de 80 por ciento de todas las compras con importante­s ahorros y sin recurrir al extranjero ni satanizar a las plantas establecid­as aquí).

Pero ¡chin!, la 4T quitó al IMSS la responsabi­lidad y la pasó a la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda (carente de personal experiment­ado), y puso a la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios en manos de un pediatra sin práctica en regulación, administra­ción y gerencia, de suerte que a principios de este año (sin pandemia) la Cofepris tenía rezagados más de 20 mil trámites y permisos de importació­n y fabricació­n.

Viñeta ilustrativ­a: sancionaro­n al comerciali­zador que tenía el contrato mundial para México de las vacunas contra el sarampión y el país quedó fuera de la fila de compradore­s.

Muy poco en salud pública está saliendo bien, todo es culpa de distribuid­ores y laboratori­os y por eso México, guiado por la ONU, se va de shopping al extranjero, pero no necesariam­ente a donde hay reguladora­s confiables (como la estadunide­nse, la europea, la canadiense o la japonesa), porque la modificaci­ón a la ley permite comprar donde sea (Argentina, Sudáfrica, India), quizá sin regulacion­es de peso y sin Cofepris…

El desabasto de medicament­os, más por la pésima gestión oficial que por “corrupción”

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