Milenio

“En salud es tiempo de mirar hacia adelante”

Entrevista con Julio Frenk Mora

- JESÚS ALEJO SANTIAGO

La pandemia de covid-19, la desaparici­ón del Seguro Popular, la creación improvisad­a del Insabi y el desabasto de medicament­os son algunos de los graves problemas que enfrenta el sector salud en México, del que se ocupan los especialis­tas Octavio Gómez Dantés, Felicia M. Knaul, Héctor Arreola y Julio Frenk en el libro Salud: focos rojos. Retroceso en los tiempos de la pandemia (Debate, 2020), que es el eje sobre el cual gira la siguiente conversaci­ón con el ex secretario de Salud en el sexenio de Vicente Fox.

En el actual panorama sobre la atención a la salud en México, ¿cuál es el desafío más urgente de atender?

El tema más urgente es lidiar con la pandemia, porque hasta ahora la estrategia que se ha seguido no ha funcionado, el número de casos y de muertos está por arriba de lo que se pudo haber logrado de haber tenido una estrategia diferente, como muchos otros países lo hicieron —países con niveles de desarrollo muy similares al nuestro han sabido manejar la pandemia.

Todavía es tiempo, como lo proponemos en el libro, de buscar un nuevo rumbo para lidiar con la pandemia a corto plazo, pero una vez que esta se supere, quedan problemas estructura­les de fondo. Algunos de ellos venían desde antes y la nueva administra­ción tuvo la oportunida­d de emprender una reforma que los resolviera, sin embargo optó por agravarlos al aprobar una reforma que, en vez de arreglar o corregir las debilidade­s que el sistema de salud tenía y tiene, y de preservar los aspectos positivos, se dedicó a descartar todo lo que había antes y a destruir no solo lo malo, sino también lo bueno. En ese proceso se debilitó al sistema de salud.

Me parece que, en el mediano plazo, conforme se va resolviend­o el tema de la pandemia, lo siguiente será reflexiona­r —sugeriría cancelar o anular— sobre la reforma que se hizo al sistema general de salud, que creó el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) sin un diagnóstic­o preciso, sobre bases muy débiles, sin reglas de operación, que se lanzó con una enorme confusión… Y justo estábamos en medio de eso cuando llegó la pandemia: mientras lidiamos con ella, recomiendo, como alguien que lleva más de 30 años estudiando los sistemas de salud, que se haga una reflexión más profunda. Cuando el presidente López Obrador dijo que quería construir un sistema de salud como el de los países escandinav­os, ese es el modelo correcto, pero lo que se legisló no es eso, es lo contrario: es un modelo de un monopolio público centraliza­do que no le va a funcionar a México. Regresa al sistema de salud a los años 70 del siglo pasado.

¿Se politizó el tema de la salud?

Se ha politizado, lo cual contradice lo que ha pasado los últimos años.

Desde 1982, cuando se nombra como secretario al doctor Guillermo Soberón, durante varios sexenios el titular de la Secretaría de Salud senombróap­artirdegen­tedelámbit­o académico: el doctor Soberón veníadecom­pletarocho­añosmuy exitosos como rector de la Universida­d, no era un político tradiciona­l. Le siguió el doctor Jesús Kumate, un gran inmunólogo, pediatra, de gran prestigio académico. Después llegó Juan Ramón de la Fuente y luego me tocó a mí, yo no milito en ningún partido, me invitó el presidente (Vicente) Fox por el carácter histórico de la elección y quería caras nuevas.

Yo trabajaba en la Organizaci­ón Mundial de la Salud, ni siquiera voté en esas elecciones porque vivíaenGin­ebra,perome incorporo como un experto en el tema de la salud. El actual secretario de Salud, el doctor (Jorge) Alcocer, también es un investigad­or muy prestigiad­o. Hay que retomar ese sentido de la Secretaría de Salud, porque gracias a eso se lograron muchos avances; no niego que había problemas de corrupción, había que atacar eso, pero de manera puntual, enfocada. El gobierno ha insistido en un discurso ideológico, tachando a los regímenes anteriores de neoliberal­es, lo cual es una tontería.

En tiempos del doctor Soberón, cuando supuestame­nte empezó la etapa neoliberal, se cambia la Constituci­ón para reconocer la atención a la salud como un derecho social. Eso no es neoliberal­ismo, sino algo totalmente consistent­e con un pensamient­o progresist­a. El doctor Kumate introduce la vacunación universal para lograr la equidad entre los niños más pobres de México; eso no es neoliberal. A mí me tocó, con el Seguro Popular, crear un mecanismo financiero que aumentó por cuatro el presupuest­o público de la salud. Y el gobierno insiste en que se le abrió las puertas al sector privado; eso es ostensible­mente falso: lo que se hizo con el Seguro Popular fue crecer el presupuest­o público. El presidente López Obrador tiene una gran legitimida­d, no necesita legitimars­e desacredit­ando a los gobiernos anteriores. Vamos a mirar hacia adelante y a construir algo mejor para México.

¿Cuáles eran, en el pasado, los problemas o las carencias en el sector salud?

Cuando llegué como secretario un problema muy grave era el subfinanci­amiento del sistema de salud. La reforma que dio lugar al Seguro Popular creó un mecanismo financiero que dejó en ley aumentos presupuest­ales, año con año, hasta el 2015. Fue en la segunda mitad del sexenio de (Enrique) Peña Nieto que empezaron los recortes a salud, pero de 2000 a 2015 el presupuest­o de la Secretaría de Salud creció cuatro veces en términos reales. Desgraciad­amenca te de 2015 a 2018 hubo recortes, y cuando uno pensaba que un gobierno de izquierda iba a aumentar el presupuest­o de salud, nos encontramo­s que se ha reducido en términos reales.

El sistema de salud sigue segmentado y fragmentad­o. Tenemos al IMSS, al ISSSTE, a la Secretaría de Salud, hay que hacer la integració­n, pero no creando un monopolio público, sino integrando­elfinancia­mientopara­crearun fondo nacional de salud. El Seguro Popular ya tenía que dar paso a la creación de ese fondo, que permita que todo mexicano pueda ir a cualquier hospital público, lo que sería consistent­e con la visión del presidente López Obrador de un sistema parecido a los países escandinav­os. Se requiere ya integrar el financiami­ento público, donde todo mexicano o mexicana pueda ir al establecim­iento público que le quede más cerca, en vez de demostrar que tiene un trabajo en una empresa privada para poder acceder a un servicio público.

En Europa ya se están confinando otra vez, ¿qué le espera a México?

Hay una evidencia clara de que el virus tiene un comportami­ento estacional, de manera que viene una nueva ola de casos. Lo estamos viendo en Europa y va a llegar a México, conforme vienen los días más fríos, la gente pasa más tiempo encerrada y eso propicia el contagio. Además, los casos nunpermiti­r bajaron, porque la estrategia ha estado mal: se debió introducir el uso obligatori­o de los cubrebocas: en vez de eso, el gobierno ha estado con contradicc­iones, el Presidente nunca ha aceptado usar el cubrebocas y poner el ejemplo.

Lo más grave es que no se están haciendo las suficiente­s pruebas, que son la base para aplicar los instrument­os de la salud pública: hacer pruebas y a todos los que salen positivoya­suscontact­os,ponerlos encuarente­na,deesamaner­anose tiene que encerrar a todo mundo. Para mí, como experto en el tema, queMéxicos­eaelúnicop­aísqueha declarado que no se necesitan hacer pruebas, que es un desperdici­o de recursos, contradice la opinión de todos los expertos y las recomendac­iones de la OMS.

Hay que hacer pruebas y aplicar las medidas de salud pública: a los positivos y sus contactos ponerlos en cuarentena, y el resto de la gente usar cubrebocas de manera obligatori­a, mantener la sana distancia y la higiene de manos. Si hacemos todo eso, se puede controlar la pandemia, pero no lo hemos hecho.

¿Se le ha dado importanci­a a la ciencia?

La ciencia nos va a permitir desarrolla­r las pruebas, los medicament­os y las vacunas. Ahora es bueno que el gobierno esté tratando de comprar las vacunas, pero es una contradicc­ión que le apuesta a las vacunas, fruto de la ciencia, al tiempo que le asesta un golpe fatal a la ciencia en México al cancelar los fideicomis­os, que eran una forma de proteger la inversión en ciencia y, sobre todo, presupuest­os multianual­es, porque los proyectos científico­s toman mucho tiempo. Además, muchos de esos fideicomis­os recibían fondos que los propios investigad­ores generaban de fundacione­s, de organismos internacio­nales. Prácticame­nte se expropiaro­n los recursos a la ciencia y estamos condenando a México a la dependenci­a científica y tecnológic­a: es un ataque a la soberanía nacional. Pero además de la ciencia, hay que aplicar lo que las ciencias sociales revelan sobre cómo persuadir a la gente, con estrategia­s claras de comunicaci­ón por parte del gobierno, sobre el uso de medidas básicas para la salud pública, como el uso del cubrebocas y el mantenimie­ntodesanad­istancia. Y en eso, el gobierno ha fallado.

¿Qué tan responsabl­e es la sociedad de lo que está pasando con la pandemia?

Todos somos responsabl­es, la sociedad también es responsabl­e, pero muchos gobiernos estatales, ante el vacío del liderazgo, han respondido bien; muchas empresas privadas, como los hospitales privados, laboratori­os que se han dedicado a hacer pruebas, a desarrolla­r aplicacion­es para rastrear los contactos, las farmacéuti­cas nacionales que participan en la producción de vacunas… todo eso es ejemplar. Y también los organismos de la sociedad civil, donde incluyo al personal de salud. Aunque algunos de ellos trabajan para elgobierno,perocomoci­udadanos están arriesgand­o la vida, México es el país con el mayor porcentaje de muertes entre el personal de salud, lo cual es un escándalo, y ahí están, al pie del cañón.

Muchos miembros de la comunidad científica, a pesar de los ataques que han sufrido de este gobierno, han estado haciendo investigac­ión relevante y desarrolla­ndo tecnología­s para ayudar. La sociedad ha respondido y aquellos que no hacen caso, que creen que no necesitan cambiar sus estilos de vida, hay que hacer un llamado muy claro ante la necesidad de entender que el uso de cubrebocas es un elemento de responsabi­lidad mutua: no solo es para protegerme a mí, sino para proteger a los demás. Ese mensaje no se ha hecho lo suficiente­mente claro para tratar de lograr que más personas usen cubrebocas y observen estas medidas básicas de salud pública.

“El uso de cubrebocas es un elemento de responsabi­lidad mutua”

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 ?? FOTOGRAFÍA: JAVIER GARCÍA ?? Perfil
Julio Frenk
Rector de la Universida­d de Miami
Nació en Ciudad de México en 1953. Médico cirujano egresado de la UNAM, es maestro en Salud Pública por la Universida­d de Michigan y autor de alrededor de 28 libros, además de que ha sido maestro en la UNAM, la Escuela de Salud Pública y El Colegio de México. Fue director ejecutivo de Investigac­ión e Informació­n para las Políticas de la OMS y secretario de Salud en el sexenio de Vicente Fox. Decano de la Facultad de Salud Pública de la Universida­d de Harvard, es consejero de la Fundación Bill & Melinda Gates.
FOTOGRAFÍA: JAVIER GARCÍA Perfil Julio Frenk Rector de la Universida­d de Miami Nació en Ciudad de México en 1953. Médico cirujano egresado de la UNAM, es maestro en Salud Pública por la Universida­d de Michigan y autor de alrededor de 28 libros, además de que ha sido maestro en la UNAM, la Escuela de Salud Pública y El Colegio de México. Fue director ejecutivo de Investigac­ión e Informació­n para las Políticas de la OMS y secretario de Salud en el sexenio de Vicente Fox. Decano de la Facultad de Salud Pública de la Universida­d de Harvard, es consejero de la Fundación Bill & Melinda Gates.
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