Angelopoulos, Fisk and Trump
Si ocho años antes no hubiera muerto atropellado por un maldito motociclista cuando realizaba un scouting para su nueva película sobre la crisis de Grecia, el cineasta Theo Angelopoulos cumpliría 85 años de edad en este inquietante 2020.
Bajo el título de una de sus películas más célebres, La eternidad y un día, el Festival de Cine de Fresnillo montó una exposición en su honor en la que participaron 17 variopintos creadores zacatecanos.
Mientras miro las fotografías, pinturas y esculturas que forman parte del homenaje, me entero de que Robert Fisk, el más rabioso, militante y prosaico de los corresponsales de guerra, acaba de fallecer, por lo que debo parar un rato antes de continuar…
La exposición fresnillense sobre Angelopoulos busca transpirar la sensibilidad y politización que el cineasta plasmó en su obra, valiéndose de la mitología griega como de cosas humanas simples, recursos que solían desafiar al espectador: La mirada de Ulises fue una película tan sugerente para mí que animó un tránsito riesgoso de la frontera de la palabra escrita hacia la de las imágenes del cine para tratar de contar historias.
Pienso que, al igual que Fisk, Angelopoulos era un corresponsal de guerra. Sin embargo, era el más melancólico, onírico y poético de los corresponsales
deo@detective.org.mx
Ambos meditaron a su manera el último cuarto del siglo XX
de guerra. Su afán no era el de la noticia, sino el de la revelación existencial, por ello, sus películas son un viaje entre la niebla donde al final descubrimos una carencia perturbadora, una ilusión secreta o un vértigo tintineante ocultos en nuestra intimidad.
Angelopoulos y Fisk meditaron a su manera el último cuarto del siglo XX. Nos hicieron ver la guerra en su condición cruda e injusta: trazaron mapas donde la geopolítica y las ensoñaciones confluían, pero ninguno de los dos —ni casi nadie— habría podido imaginar o diagnosticar al inicio de este siglo que, 20 años después, la humanidad estaría en un noviembre conteniendo la respiración alrededor de un cretino, racista y mentiroso presidente de EU.
Nadie ni nada nos preparó para entender la pésima tragedia griega llamada Donad Trump.
Sin embargo, el homenaje de un pueblo como Fresnillo a Angelopoulos nos redime un poco de la catástrofe.