¡Confínese!
Otra vez quieren ponernos bajo arresto domiciliario. Otra vez, los mismos que nos mintieron hasta el 8 de marzo, que fueron incapaces de conseguir material sanitario para proteger a médicos y enfermeros y que, tras una ruinosa reclusión forzada, agravada un mes más en Madrid, dieron por derrotado el virus y liquidada la pandemia, quieren encerrarnos en casa, no sea que a alguien se le ocurra salir a la calle a manifestarse contra ellos. Ayer, Carmen Calvo, la niña de la curva doblegada, que doblegada quedó oficialmente el famoso 4 de julio, dijo que el Gobierno del 8M va a esperar una semana, hasta el 9, antes de confinarnos en nuestros domicilios. Ni libertad, ni derecho, ni razón ni proporción: todos a la cárcel con cargo al bolsillo del preso, que, a este paso, ni bolsillos quedarán. ¿Constitución? ¡Exprópiese! ¿Derechos civiles? ¡Anúlense! ¿Individuo suelto? ¡Confínese!
Otra vez, como en la primavera mortal que ellos mismos provocaron, los politicastros del Gobierno, sus socios y sus becarios de Súbditos, antes Ciudadanos, y la fundación Propósito de Enmienda, antes PP, dicen que, para «salvar vidas», deben ponernos a todos bajo arresto domiciliario. Han cerrado ya las Cortes por seis meses, con el voto favorable de Inés i Lleida y la abstención de Isa Serra, antes Pablo Casado, así que no hay Parlamento en el que pedir cuentas a Sánchez, Iglesias, Illa y la Niña de la Curva. El duopolio televisivo y el triopolio radiofónico podrán sordina a las quejas de los de siempre, que cada vez son menos. Y pronto habrá pruebas de que el virus lo creó Vox para envenenar a los votantes centristas, como los frailes del XIX infectaban las aguas o daban caramelos envenenados a los niños.
El frente AntiVox, formado durante la moción de censura por socialistas, comunistas y separatistas y ahora acaudillado por Pablo El Rojo ilegalizará a la derecha radical y agrupará a las fuerzas de la Ilustración, PSOE, Podemos y ERC, que ayer acordaron prohibir el español como lengua vehicular en la enseñanza en toda España. Lo ha dicho uno del PP vasco: «Fue un error acercarse a Vox»; hay que hablar con Bildu, «que está dentro del marco constitucional». Y si el marco constitucional lo define la ETA, qué duda cabe de que sus víctimas chapotean en su propia sangre y deben ser apartadas del rebaño.
¿Y dónde están mejor las ovejas si hay tormenta? En el corral.
Y pronto habrá pruebas de que el virus lo creó Vox para envenenar a los votantes centristas