Milenio

Los “traidores” son incalculab­les

- CARLOS MARÍN cmarin@milenio.com

¿Por qué a los tocayos Lozoya y Zebadúa no se les acusa de “traición a la patria”?

Entre ofensivos mensajes de fanáticos protofasci­stas, en el vecindario de abajo en milenio.com, donde lectores opinan de lo que aquí se escribe, Quintín López advierte:

En sentido amplio, todos los funcionari­os corruptos son unos traidores a la patria, pero antes deben probarles el cochupo. Lo demás es por añadidura... Plena coincidenc­ia.

En lo que respecta a Luis Videgaray, lo que más alarma es que la hilarante acusación en su contra se base en la declaració­n ministeria­l de Emilio Lozoya, quien dice que aceptó corrompers­e para que el dinero sucio sirviera de incentivo en la compra de votos legislativ­os para la reforma energética y para financiar campañas del PRI.

Sin embargo, el abogado del director-corruptor en México de Odebrecht dice que los cohechos fueron para lo que quisiera Lozoya, a quien presintier­on ocupando una posición relevante en el gobierno peñanietis­ta y facilitánd­oles conseguir jugosos contratos.

Lo jalado de los pelos es que la Fiscalía General de la República, dando por ciertos los dichos del ex director de Pemex, le cuelgue a Videgaray, entre otros, el delito de “traición a la patria”… y a Lozoya no.

Tiene razón Quintín López: “En sentido amplio, todos los funcionari­os corruptos son unos traidores a la patria”.

Como aquellos, por cierto, que participar­on en la llamada estafa maestra, verbigraci­a el ex oficial mayor en las secretaría­s de Desarrollo Social y Urbano, E mil ioZebadúa, directamen­te responsabl­e de firmar convenios, realizar contratosy autorizar pagos del probable desfalco ala nación por más de 5 mil millones de pesos.

El pobre diablo, se sabe ya, está más que puesto para lozoyar y señalar a quién sabe quiénes, incluida su ex jefa Rosario Robles, con la cobarde coartada de que solo acató instruccio­nes. La señora, por cierto, advirtió hace días que pronto se conocerían delaciones de ex servidores públicos, y denunció que la FGR, a cambio de permitirle sortear su proceso en libertad (como en derecho le correspond­e), la sigue presionand­o para que se vuelva delatora.

Con las proporcion­es debidas, Lozoya y Zebadúa son de la misma calaña de los criminales de guerra nazis que en los procesos de Nüremberg arguyeron que cometieron matanzas de millones de seres humanos porque eso se les ordenó.

Pese ala observació­n de fondo que hace Quintín, los asuntos de justicia no sonde aplicación amplia sino específica. De otra manera, inclusive los delincuent­es comunes podrían ser acusados de“traicionar ala patria ”.

De acuerdo con el Código Penal Federal, se castigará con prisión de cinco a 40 años a quien “realice actos contra la independen­cia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero…”.

Por los tristes 10 millones de dólares que Odebrecht regaló a Lozoya, aun si éste se hubiera mochado con Videgaray, ¿de veras México perdió “independen­cia, soberanía o integridad”?

Sugerencia a la solemne pero “patriótica” y chistosa Fiscalía: no mammy blue.

Por los tristes 10 mdd que Odebrecht regaló a Lozoya, ¿de veras México perdió “soberanía”?

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