Evaluación en tiempos de educación a distancia y modelos híbridos
Cambio. A consecuencia del confinamiento, las agencias calificadoras enfrentan nuevos desafíos para su labor
ALTERNATIVA.
LOS MODELOS A DISTANCIA AYUDARON A NO INTERRUMPIR LA ENSEÑANZA.
La pandemia provocada por el covid-19 trajo consigo consecuencias muy graves, como la pérdida de cientos de miles de vidas, pero también detonó un cambio en la forma en que los seres humanos vivimos hasta ahora en los diferentes países del mundo. El campo de la educación no ha sido la excepción: las escuelas y universidades cerraron sus puertas, lo que causó un fuerte impacto en un gran número de estudiantes, maestros y padres de familia. El confinamiento interrumpió la enseñanza convencional en México, y los estudiantes tuvieron que hacer uso de sus propios recursos para seguir tomando clases por internet o televisión durante los últimos siete meses. Los docentes de todos los niveles educativos afrontaron también grandes retos y debieron adaptarse a las nuevas formas de transmitir el aprendizaje, al uso de la tecnología y al ajuste de los recursos pedagógicos.
En México y en el resto del mundo, gracias a las nuevas modalidades de educación a distancia y a los modelos híbridos (semipresenciales) no se interrumpió abruptamente la formación de los estudiantes. Ésta, de hecho, será una alternativa eficaz para los meses siguientes, tomando en cuenta los tiempos proyectados para contar con una vacuna efectiva con la que se pueda inmunizar a buena parte de la población. Sin embargo, el acceso a estas modalidades educativas y su efectividad varía, de acuerdo con la edad del estudiante y con distintos factores socioeconómicos y familiares que lo rodean. En este sentido, la evaluación educativa es una herramienta fundamental para que escuelas y docentes puedan realizar diagnósticos que permitan identificar posibles diferencias en la formación de sus estudiantes y, por lo tanto, poner en marcha acciones remediales de nivelación que eviten el rezago y eventual abandono por parte de los estudiantes en desventaja.
Hoy más que nunca, las evaluaciones estandarizadas externas deben brindar información válida y confiable acerca de los aprendizajes de los estudiantes. Sin embargo, al igual que los diferentes actores educativos, los retos para las agencias evaluadoras a partir de la pandemia han sido diversos. Uno de ellos fue la implementación oportuna de la modalidad de aplicación a distancia, que hasta ahora había sido subutilizada; o bien, el desarrollo de estrategias de comunicación más proactivas que den a conocer los planes de acción de estas aplicaciones a los usuarios de las pruebas o generen nuevas evidencias de la calidad de los instrumentos para asegurar que las condiciones de estas aplicaciones son similares a las modalidades tradicionales, como garantía de equidad.
Al igual que en los ámbitos laborales y educativos, un gran reto para llevar a cabo evaluaciones a distancia es tener acceso a la tecnología. Este desafío está presente no sólo en nuestro país, sino también en muchos otros, incluso algunos del continente europeo, cuya totalidad de ciudadanos no cuenta con acceso a internet con las características requeridas. Aunque dicha situación no puede ser resuelta por las agencias de evaluación, éstas tienen el compromiso de ofrecer diferentes esquemas de aplicación para que todas las personas —sin importar su condición social o económica—puedan acceder a las pruebas que requieren, asegurando que la calidad de los exámenes se mantenga en cualquier condición de aplicación. Para ello, además de los análisis de la calidad de las pruebas, se requiere un trabajo colaborativo con los sustentantes y las instituciones que solicitan la evaluación, e incluso con autoridades educativas, en la búsqueda de opciones que cumplan con las condiciones necesarias para una evaluación de calidad, tanto a distancia como presencial o con un mismo proceso en ambas modalidades cuidando, al mismo tiempo, la integridad de las personas involucradas.
Seguridad ante todo
Uno de los retos para las agencias evaluadoras es garantizar la seguridad de las evaluaciones en la modalidad a distancia. Las aplicaciones presenciales, al llevarse a cabo en ambientes controlados, aseguran la similitud de las condiciones de aplicación y promueven una gran seguridad, aunque no mitigan completamente la copia o la fuga de información. Podría pensarse que esta falta de control hace más vulnerables a las evaluaciones a distancia. No es así, pues se han implementado diferentes medidas de seguridad: se corrobora la identidad del sustentante al inicio de la aplicación por medio de la fotografía de su identificación junto con su rostro; se bloquean las funcionalidades del equipo de cómputo durante la aplicación para que sólo se pueda acceder a éste sin posibilidad de abrir alguna otra aplicación o página web al mismo tiempo; se hace una grabación del sustentante y de la pantalla de su computadora durante toda la aplicación. Asimismo, se ha impulsado el perfeccionamiento y uso de algoritmos computacionales, que estaban en desarrollo, para elaborar reactivos de manera automática, hacer de forma aleatoria su orden de presentación en un examen o detectar conductas fraudulentas de los sustentantes, como la copia.
En el Ceneval, en estos meses de confinamiento se han hecho importantes esfuerzos por seguir brindando evaluaciones válidas, confiables y equitativas a todos sus usuarios, alineando sus actividades a las circunstancias actuales y sin perder de vista la calidad de las pruebas. Los nuevos instrumentos de evaluación —en pleno desarrollo— brindarán más información a estudiantes, docentes y autoridades educativas. Tanto los nuevos EXANI, el DOMINA-BACH y los EGEL Plus se enfocarán a evaluar habilidades clave para la vida académica, profesional y social de los estudiantes.