Milenio

“Eventual venganza de Biden, versión tosca y parroquial”

- Ricardo Monreal

Exist el a percepción generaliza­da de que a México le va mejor con un presidente norteameri­cano demócrata que con unorespues­ta correcta es: depende de qué tema se trate y qué intereses estén involucrad­os.

La invasión estadounid­ense de 1846, que le costó a México la mitad de su territorio, la ordenó un presidente demócrata: James K. Polk. Henry Lane Wilson, el embajador que intervino directamen­te para derrocar y asesinar al presidente Francisco I. Madero, pertenecía a un gobierno republican­o.

En contrapart­ida, tenemos momentos históricos importante­s para nuestro país, en los que el respeto y la tolerancia de los gobiernos norteameri­canos de uno y otro signo han sido decisivos.

Franklin D. Roosevelt, demócrata, respetó la decisión del general Lázaro Cárdenas de expropiar las compañías petroleras estadunide­nses y británicas, mientras que George W. Bush, republican­o, hizo lo propio con la disposició­n del Senado mexicano de no incorporar a nuestro país en una fuerza multinacio­nal contra el terrorismo internacio­nal, después de los ataques del 11S.

Otra percepción engañosa es que los presidente­s mexicanos que aparenteme­nte “se la juegan” con un jefe del Estado norteameri­cano en funciones que no logra la reelección reciben de inmediato un castigo político del mandatario entrante.

La verdad es que la relación bilateral México-Estados Unidos se rige por factores estructura­les y no por los estados de ánimo de los actores coyuntural­es, que suelen ser los ejecutivos en funciones de ambas naciones.

La versión de que Joe Biden, de resultar electo mandatario de la Unión Americana, tendrá entre sus prioridade­s vengarse del presidente mexicano AMLO por supuestame­nte no haberlo apoyado en campaña o no haberlo reconocido de inmediato es más una versión parroquia lyt osca, que una política de Estado porvenir.

Lo que sí es trascenden­tal y productivo es reflexiona­r en torno a los puntos clave de la agenda bilateral que está a la vista, para tener claramente identifica­dos los posicionam­ientos, factores de riesgo y áreas de oportunida­d.

Cuatro temas son los “caballos de batalla” de los gobiernos demócratas en su relación con México: energía, narcotráfi­co, migración y libre comercio. Previsible que la pandemia sume ahora un quinto jinete: salud pública.

Acerca de la energía, segurament­e habrá presiones para intensific­ar el uso de las llamadas “energías limpias” sobre las tradiciona­les, y la apertura a inversione­s públicas y privadas en este rubro.

Sobre narcotráfi­co, es previsible una mayor presión para retomar la política de decomisos, descabezam­iento de cárteles y extradicio­nes.

Enmateri ad emigración, tendremos un respiro transitori­o ante el compromiso demócrata de encontrar una vía de regulariza­ción para dreamers, pero también es de esperar una mayor deportació­n, una vez que se alcance ese acuerdo.

Respecto al T-MEC, el componente sobre el que habrá presión es en cumplir puntual mente con la inspección laboral y sindical, dado el compromiso demócrata con las asociacion­es obreras norteameri­canas.

En materia de salud pública, preparémon­os para homologar posibles medidas restrictiv­as que pudieran afectar _ flujos migratorio­s, laborales, turísticos y hasta de inversione­s, por el giro demócrata anunciado para enfrentar y atender la pandemia de covid-19, talón de Aquiles de la gestión republican­a del presidente Donald Trump.

Más lo que surja en el camino.

La versión de que el demócrata se vengará del presidente de México es una versión parroquial y tosca...

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico