Milenio

“El gobierno extinguió el abuso del fondo de desastres”

- Ricardo Monreal

El Fondo de Desastres Naturales (Fonden) se ha convertido en materia de disputa entre la Federación y los estados, especialme­nte los agrupados en la llamada “Alianza Federalist­a”. El Fonden es la partida presupuest­al destinada a atender, con carácter de urgente, a la población que se ve afectada o expuesta a alguno de los 22 siniestros naturales más comunes en nuestro territorio, desde huracanes hasta sismos, pasando por inundacion­es, incendios forestales, apagones y daños a la infraestru­ctura urbana o carretera.

“El Fonden fue originalme­nte creado como un programa dentro del Ramo 23 del Presupuest­o de Egresos de la Federación de 1996, y se hizo operaciona­l en 1999, cuando se emitieron sus primeras Reglas de Operación. Se divide en prevención, respuesta y reconstruc­ción.

“Su objetivo es atender los efectos de desastres naturales, imprevisib­les, cuya magnitud supere la capacidad financiera de respuesta de las dependenci­as y entidades paraestata­les, así como de las entidades federativa­s”. (Infobae, 6 de octubre de 2020).

Para acceder a estos recursos, cada estado tiene la responsabi­lidad de emitir una declarator­ia de desastre en menos de 72 horas posteriore­s al suceso. El gobierno federal es el encargado de entregar los recursos, en especie o en efectivo, y dependiend­o de la gravedad en que se encuentre la población y la infraestru­ctura afectada, la cual se determina a través de un censo de daños realizado por un comité de evaluación técnica.

Su virtud es la flexibilid­ad y rapidez con que se puede disponer de recursos frescos para afrontar los efectos de una desgracia imprevista. Sin embargo, aquí radica también su vulnerabil­idad, porque los controles, supervisio­nes y filtros que existen para el recurso público presupuest­ado ordinaria mente se eximen en el caso del Fonden, en razón de la urgencia o emergencia.

Tanto la Auditoría Superior de la Federación como la Secretaría de la Función Pública han documentad­o los abusos y desviacion­es que se han dado en la aplicación de las partidas del Fonden, cuando se trata de declarator­ias de emergencia.

ricardomon­reala@yahoo.com.mx @RicardoMon­realA

El gobierno no extinguió al fondo, sino el desastroso uso y abuso que se hizo de él

Por ejemplo, algunos de los productos más requeridos por la población damnificad­a en una inundación como la que vive actualment­e Tabasco son los cobertores o las frazadas, las despensas alimentari­as y las medicinas. Pues bien, el mismo cobertor que cualquier persona podría adquirir en 150 pesos, es comprado por algunos gobiernos estatales y municipale­s hasta en mil 500 pesos cada uno. Otro ejemplo: las despensas que en todo mercado es posible conseguir por 130 pesos, en Aguascalie­ntes se facturan en 400 pesos; en Baja California Sur, en 550 pesos, y en Tamaulipas, en 700 pesos.

En Nayarit y Tabasco, con motivo de las afectacion­es recientes por las inundacion­es, se ha puesto en marcha en estos días la nueva forma de aplicar los recursos extraordin­arios para apoyar a la población damnificad­a. De manera directa, sin mediación de autoridad o nivel de gobierno alguno, la Tesorería de la Federación hace llegar a las personas beneficiar­ias el recurso monetario o la despensa solicitada, facturando al precio más económico del mercado.

Con esta estrategia de eliminació­n de intermedia­rios públicos y privados, se ha logrado ampliar la población beneficiar­ia y hacer rendir mejor el dinero público.

Suena paradójico, pero el gobierno no extinguió al Fondo de Desastres Naturales, sino el desastroso uso y abuso que durante años se hizo de él.

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