El primero
Canto fue el primer atleta mexicano campeón de todas las competencias del ciclo olímpico (Centroamericanos, Panamericanos, Mundial y Juegos Olímpicos), entre 1982-84. ya de la corona, y ésta llegó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Fue el 3 de agosto de ese año cuando Canto conquistó el Memorial Coliseum.
Fue una jornada en la que dio muestra de su capacidad atlética y mental, dio cátedra con el dominio del escenario. Se despegó pronto del grupo de 38 andarines, y cuando el italiano Maurizio Damilano le dio alcance y le arrebató la punta, no se estresó, mantuvo la cordura, conocía sus fortalezas y apretó en el cierre, recuperó el primer puesto y cuando entró al estadio comandaba la prueba.
A los 24 años y con un tiempo de 1:23:13 horas, Ernesto Canto, con su número 632, cruzó la meta, había dejado atrás a su compatriota Raúl González, además de imponer una nueva marca en dicha prueba, corroboraba que era el mejor atleta mexicano.
Con el paso de los años, vino la etapa final de su carrera, todavía alcanzó a participar en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, pero ya no logró trascender. Anunció su retiro un par de ocasiones, pero fue convencido de continuar, logró algunos títulos más, pero la época gloriosa había terminado.
Tras su retiro, se dedicó a dar conferencias y a otros negocios personales. Su nombre ya había quedado grabado en las páginas de historia del atletismo, por esos éxitos que consiguió en un tiempo en el que no hubo nadie parecido a él. Ernesto Canto Gudiño trascendió como pocos, su legado es eterno.