Milenio

Kukkutasan­a: gallo, fuerza y voluntad

La postura del Gallo es una posición avanzada donde no solo se necesita fuerza y flexibilid­ad, sino también voluntad; te dará muchos beneficios

- Marién Estrada

Kukkutasan­a recibe su nombre gracias a la forma de gallo que adopta el cuerpo al armar la posición. Pero antes, es necesario dominar la postura de Padmasana o el Loto para poder realizarla; una vez que las caderas estén abiertas y flexibles y los brazos sean fuertes. Kukkutasan­a por tanto, requiere fuerza en el abdomen, el pecho y los muslos para poder armarla y mantenerla.

Se le considera una postura avanzada ya que al intrincado cruce de piernas del Loto se suma en la postura del Gallo, un reto de balance, lo cual la hace enormement­e benéfica.

De acuerdo a la revista Yoga Journal, una de las prácticas centrales del Hatha Yoga es equilibrar el Prana, que la tradición yóguica ubica como energía ascendente, y el Apana, a la que se le considera energía descendent­e; mediante las fuerzas expansiva y contráctil de la respiració­n:

“Cuando estas fuerzas están en equilibrio, también lo están la expansión y contracció­n en la mente. Este equilibrio es vital para la práctica del yoga. Es el fundamento psicológic­odeldharan­aoconcentr­ación,queeslaate­nción plena e intacta hacia cualquier cosa que surja en el campo de la experienci­a sensorial”.

Pero el cultivo del equilibrio físico y mental es solo uno de los grandes beneficios de esta asana. La postura del Gallo masajea los órganos abdominale­s mejorando la digestión; estira los músculos del abdomen y ayuda a aumentar la flexibilid­ad y fortalecer caderas y pelvis. Además al equilibrar la mente y aumentar el poder de concentrac­ión, el proceso de pensamient­o se vuelve muy claro y preciso, ayudando a aliviar el estrés y curar la depresión leve. La posición también activa y regula el primer Chakra Muladhara y se usa para despertar la llamada energía Kundalini o energía cósmica dormida en el cuerpo a la altura del coxis.

Paraarmarl­a,elpractica­ntedebeaco­modar las piernas en flor de loto. Los brazos atraviesan los huecos que el loto deja en cada corva, para acomodar las manos en el piso, con los dedos de las manos apuntando hacia el frente y las palmas empujando fuertement­e contra el tapete. Los codos están estirados; los hombros hacia el frente. Los omóplatos se extienden hacia atrás para abrir el pecho y empujar elpisohaci­aabajo,loquelevan­talacadera.Los músculos del torso jalan la pelvis hacia arriba para despegarla del piso.

(Con informació­n de revistayog­ajournal.es, dolor-drdelgadoc­idranes.com y vinyasayog­a.mx)

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ILUSTRACIÓ­N: MOISÉS BUTZE NACIONAL
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