Kukkutasana: gallo, fuerza y voluntad
La postura del Gallo es una posición avanzada donde no solo se necesita fuerza y flexibilidad, sino también voluntad; te dará muchos beneficios
Kukkutasana recibe su nombre gracias a la forma de gallo que adopta el cuerpo al armar la posición. Pero antes, es necesario dominar la postura de Padmasana o el Loto para poder realizarla; una vez que las caderas estén abiertas y flexibles y los brazos sean fuertes. Kukkutasana por tanto, requiere fuerza en el abdomen, el pecho y los muslos para poder armarla y mantenerla.
Se le considera una postura avanzada ya que al intrincado cruce de piernas del Loto se suma en la postura del Gallo, un reto de balance, lo cual la hace enormemente benéfica.
De acuerdo a la revista Yoga Journal, una de las prácticas centrales del Hatha Yoga es equilibrar el Prana, que la tradición yóguica ubica como energía ascendente, y el Apana, a la que se le considera energía descendente; mediante las fuerzas expansiva y contráctil de la respiración:
“Cuando estas fuerzas están en equilibrio, también lo están la expansión y contracción en la mente. Este equilibrio es vital para la práctica del yoga. Es el fundamento psicológicodeldharanaoconcentración,queeslaatención plena e intacta hacia cualquier cosa que surja en el campo de la experiencia sensorial”.
Pero el cultivo del equilibrio físico y mental es solo uno de los grandes beneficios de esta asana. La postura del Gallo masajea los órganos abdominales mejorando la digestión; estira los músculos del abdomen y ayuda a aumentar la flexibilidad y fortalecer caderas y pelvis. Además al equilibrar la mente y aumentar el poder de concentración, el proceso de pensamiento se vuelve muy claro y preciso, ayudando a aliviar el estrés y curar la depresión leve. La posición también activa y regula el primer Chakra Muladhara y se usa para despertar la llamada energía Kundalini o energía cósmica dormida en el cuerpo a la altura del coxis.
Paraarmarla,elpracticantedebeacomodar las piernas en flor de loto. Los brazos atraviesan los huecos que el loto deja en cada corva, para acomodar las manos en el piso, con los dedos de las manos apuntando hacia el frente y las palmas empujando fuertemente contra el tapete. Los codos están estirados; los hombros hacia el frente. Los omóplatos se extienden hacia atrás para abrir el pecho y empujar elpisohaciaabajo,loquelevantalacadera.Los músculos del torso jalan la pelvis hacia arriba para despegarla del piso.
(Con información de revistayogajournal.es, dolor-drdelgadocidranes.com y vinyasayoga.mx)