Algunas razones del “mecanismo de moda”
Por lo menos en la segunda mitad de su sexenio, Enrique Peña Nieto permitió una guerra al interior de su gabinete que hundió aún más los resultados de su sexenio, influyó en el pobrísimo desempeño electoral de 2018 y hoy tiene a buena parte de sus más importantes actores perseguidos por la justicia.
La debilidad que en su gobierno provocaron muy temprano la casa blanca y la tragedia de Iguala desató a las fuerzas internas en búsqueda de poder para quedarse, primero, con la conducción de un gobierno debilitado en Los Pinos, después, con la candidatura de 2018; y en medio de todo aquello quebraron al gobierno y en alguna medida al país.
Los grupos encabezados por Luis Videgaray y Miguel Ángel Osori oC hong trabajaron con más ahínco para hacerse daño entre ellos que para cualquier otra cosa. Al final, el triunfadorde aquella guerra fue el grupo de Videgaray que se quedó con buena parte del gabinete, las decisiones de gobierno y la candidatura para su amigo José Antonio Meade. Pír rica victoria que, además, había dejado el campo de batalla lleno de resentimientos.
Nadie fue tan cercano al presidente Peña como Videgaray —aunque hubo algún distanciamiento en los últimos meses del gobierno—; ninguna voz más importante en las decisiones fundamentales de aquel sexenio.
La desaparición de su proyecto y su
Nadie fue tan cercano al ex mandatario como Luis Videgaray
grupo, sin embargo, fue de la misma magnitud que el poder que llegó a tener. En pocos meses del nuevo gobierno, las reformas del Pacto por México, el mayor proyecto de política pública del sexenio pasado en buena medida diseñado por Videgaray, han sido todas desaparecidas ya sea legalmente, como la educativa, o en los hechos, como la energética.
No hubo un solo priista en activo ni aquellos que habían trabajado en el gabinete anterior que las defendiera.Y ahora que la situación del país ha hecho que el gobierno del presidente López Obrador olvidara aquello de querer ver solo para delante y se ha obsesionado con el pasado, Videgaray se ha convertido, como lo dijo él ayer, en “el mecanismo de moda” en cada criterio de oportunidad que como dulces se arrebatan funcionarios del sexenio pasado.
Ya veremos para cuánto les alcanza a los Lozoya, Robles, Zebadúa y los que se acumulen, pero mal harían en pensar que los otros están chimuelos. Se va a poner más feo.