Nos asombra lo que no debe asombrarnos
No acabo de entender por qué razón hay que darles las gracias a los responsables de cometer una absurda violación del reglamento, por aceptar el castigo correspondiente a su irresponsabilidad y descuido.
Pero esto sucedió, casi de forma unánime, apenas se dio a conocer que el América perdió en la mesa los tres puntos que le había ganado de forma legítima en la cancha al Atlas, la noche del sábado pasado. Recordemos que el equipo dirigido por el argentino Santiago Solari puso entre sus suplentes a un jugador que no había sido incluido en la lista que tienen que registrar ante el cuerpo arbitral minutos antes de que inicie el partido.
Eso, por reglamento, constituye una falta llamada alineación indebida que se castiga con una derrota en la mesa por 3 goles a cero.
Alegando casi casi razones históricas muchos expertos u opinólogos futbolísticos dieron por sentado que la Comisión Disciplinaria de Federación Mexicana de Futbol se haría de la vista gorda por tratarse del América, unos de los clubes más influyentes de la Liga Mx. Algunos otros decidieron abrir líneas argumentativas en las que exponían lo absurdo de que se le quitaran de forma administrativa los méritos o logros que un equipo había obtenido sobre el terreno de juego. Proponían, fuera de tiempo y lugar, que solo se les impusiera una multa a los americanistas.
Cuando se dio a conocer que la sanción aplicaba y que el Atlas se quedaría con los tres puntos, se dio lugar a ese grotesco discurso del agradecimiento y reconocimiento a la directiva del América por respetar el reglamento, por no hacerla de tos, por no recurrir al influyentismo. Qué patético.
Y el problema es que nadie se sintió incómodo con todo lo que siguió. El América ufanándose de su honestidad e integridad y muchos periodistas admirados por la rectitud que todos los involucrados en esta historia mostraron.
El mundo al revés en la Liga Mx. Nos asombra lo que no debe asombrarnos.
Muchos expertos dieron por sentado que la Disciplinaria se haría de la vista gorda