Sororidad para la vida
Hermanarse y comprometerse en la defensa de una mujer desde lo femenino, para proteger, salvar y buscar la terminación de la impunidad, es la sororidad necesaria. Construirla desde lo público, en los espacios privados y en las colectivas, es más difícil que enunciarlo.
El predominante machismo convencional nos impide formar parte de un diálogo hacia el futuro que enriquezca nuestra propia identidad en perspectivas más universales. Desde la agresión verbal hasta la violación y el feminicidio, por ejemplo, en un deseable futuro, deberían muy pronto estar reducidos o desaparecidos, ubicados al menos, en los mínimos porcentajes patológicos aun existentes en sociedades desarrolladas.
Sororidad proviene de la palabra inglesa
expresado en francés como La académica mexicana y feminista Marcela Lagarde la define como una forma cómplice de actuar entre mujeres.
Esta hermandad es la que ahora, a dos años de decretada la alerta de violencia de género en la Ciudad de México, permite ver resultados que apuntan a una disminución importante en los delitos más graves, que se traduce en salvar vidas.
En noviembre de 2019, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, decretó la medida, con el realismo de que la situación no iba a cambiar por el simple hecho de decretarlo. Son necesarias acciones conjuntas, consistentes y de largo plazo para disminuir, hasta lo muy esporádico, las violencias de género.
Al frente del esfuerzo está también un grupo de mujeres que garantiza sororidad para salvar vidas: la fiscal de Justicia, Ernestina Godoy, y la titular de la Secretaría de Mujeres, Ingrid Gómez, y diversas voces. Participan de un diálogo indispensable respecto de los feminismos previos, contemporáneos y con las víctimas mujeres que ni siquiera han adquirido a alguno de los feminismos como instrumento o plataforma de poder o autoestima.
Delitos como el feminicidio o la trata de personas —en el que 80 por ciento de los casos las víctimas de trata son mujeres— registran un descenso importante en el promedio diario entre 2020 y enero de este año. Los datos señalan que el primero bajó 82 por ciento y el segundo 38 por ciento.
La Ciudad de México cuenta, como muy pocas, con medidas útiles en la búsqueda de seguridad de género.
Las víctimas de violencia familiar saben que no están solas. Hay un marco legal que ha permitido dictar al día 56 medidas de protección, entre ellas la expulsión del agresor del hogar, o la creación de equipos especializados de reacción inmediata.
Cuentan con protocolos de activación inmediata a la presentación de la denuncia, como el de personas desaparecidas, que de acuerdo con los datos de la Fiscalía de Justicia ha permitido encontrar con vida a 90 por ciento.
Este 25 de febrero, en el informe de resultados sobre la aplicación de la alerta de género, Sheinbaum Pardo admitió que todavía falta mucho por hacer al mismo tiempo que estimó un acierto el decreto unilateral de la medida.
Con todo, el camino contra la impunidad apenas se ha iniciado.
La CdMx cuenta, como muy pocas, con medidas útiles en la búsqueda de seguridad de género