Jaime Almeida. Una calle de Chihuahua llevará el nombre del erudito musical
El gobierno municipal de la capital del estado dará el nombre del musicólogo a una de sus calles principales en el parque El Palomar, para mantenerlo vigente
Como una onda de sonido, Jaime Almeida (Chihuahua, 1949) llevó la música tradicional mexicana al mundo, pero no solo eso, también, puso en lo más alto el nombre de Chihuahua.
Ahora su tierra, su cuna, le rendirá un homenaje y quedará impreso su nombre en la calle que cruza el parque El Palomar, donde los acordes, las estrofas, la cultura y el folclore convergen convirtiéndolo en un centro de reunión y esparcimiento de los chihuahuenses, y cada uno de sus visitantes tendrá un poco del experto musical, periodista, productor, locutor y amigo.
Almeida siguió al pie de la letra la canción “Viva Chihuahua”, de JoséAlfredoJiménez:“Loqueimporta es que todo sea Chihuahua, y mi sangre sea sangre tarahumara, y llevar las costumbres de mi raza, metidas en el alma como algo sin igual, (…) Y cantar al compás de mil guitarras, canciones de mi tierra con todo el corazón… “.
Así era Jaime, bastaba una palabra, un tema, para que tomara una guitarra y la rasgara y cantara muy bien entonado una melodía, a veces conocida, otras, que parecía que solo él y el compositor conocían.
Tal y como lo hacía con su amigo y columnista de MILENIO Diario, Carlos Marín, con quien realizaba viernes de tertulias en
El Asalto a la Razón de MILENIO Televisión, que orillaban a cantar al espectador que saboreaba los primeros minutos del fin de semana.
En entrevista con MILENIO, la regidora de Chihuahua, Adriana Díaz Negrete, recordó que esos históricos programas eran como ver a Jorge Negrete y a Pedro Infante en Dos tipos de cuidado: “Era un duelo de ingenio musical de alto nivel”.
Afirmó que esos años en Grupo MILENIO, donde formó parte del Consejo de Asesores de Multimedios y fue director en México de Top Radio Madrid, proyecto lanzado con el respaldo de Francisco A. González, son los que lo tuvieron vigente con las actuales generaciones, que conocen el trabajo de Almeida.
El repentino y sorpresivo infarto que sufrió en 2015 a los 66 años enParaíso,Tabasco,acabóconuna vida dedicada a las notas, partituras y acordes, pero dio paso a una leyenda musical.
Se queda en sus calles
La regidora Díaz Negrete reveló que un año después de la trágica noticia, se iniciaron los planes para “recordar y rendir homenaje” al gran hombre que fue Jaime Almeida.
Fue en 2016 cuando el gobierno municipal buscó la forma de lograr el reconocimiento, y dado que el musicólogo llevó a Chihuahua a todas partes del mundo buscaron que una parte de Jaime se quedará en su ciudad. “Desde el inicio de esa administración municipal comenzamos a darle vida al parque El Palomar a través de la música y eventos folclóricos, cada año rompíamos récords de asistencia a los eventos culturales”. De verdad que no hay casualidades en la vida. Y fue cuando notamos que esa avenida, que se llama actualmente El Parque, que va de la Calle Décima a la Eugenio Ramírez Calderón, era idónea para que llevara el nombre de nuestro querido y admirado Jaime Almeida”, comentó Díaz.
La regidora indicó que la propuesta de la presidenta de la Comisión de Cultura, Flor Navarro, para considerar que “el ilustre chihuahuense, quien destacó en el arte, la música y el periodismo merecía tener un reconocimiento y dejar su nombre para la posteridad, llevando una calle de Chihuahua, su denominación”, fue avalada por unanimidad por el ayuntamiento municipal.
Se espera que una vez que se publique en la Gaceta Oficial se realice el evento, cumpliendo con las medidas sanitarias pertinentes, en el cual se espera la presencia de la familia Almeida, además de amigos e invitados especiales.
De Chihuahua para el mundo
Jaime Almeida Pérez nació el 31 de mayo de 1949 en Chihuahua capital, desde niño mostró sus dotes musicales aprendiendo a tocar varios instrumentos, como el piano y la batería, y formó parte de los coros de su escuela.
En la secundaria se incorporó como baterista del grupo de rock Los Galaxies, y más tarde formó parte de uno de uno de los conjuntos más exitosos del estado: Las lagartijas pintas.
Las vibraciones del sonido siempre lo acompañaron durante su vida, como cuando ocupó la dirección del grupo de estaciones en radio de Televisión: Sistema Radiópolis, dirigiendo seis frecuencias (XEW, XEQ Y XEX en AM y FM), y cuando fue director en México de Top Radio Madrid, proyecto lanzado con el respaldo de Francisco A. González, presidente del Consejo de Administración de Grupo MILENIO.
El 1983 produjo y condujo uno de los programas musicales más recordados de la televisión: Estudio 54. En 1990 fue nombrado director de la Videoteca Musical de Televisa; durante esa etapa, fue productor y escritor del programa
La hora azul y continuó preparando cápsulas musicales para los espacios de Jacobo Zabludovsky.
En octubre de 2006, en el contextode Segundo Festival Internacional Chihuahua, recibió la máxima pre sea que otorga el gobierno estatal, conocido como ‘Gawi Tónara’ o ‘Pilares del Mundo’.
Durante su etapa laboral recibió distintos reconocimientos, como el Premio Nacional de Periodismo, Premio TVyNovelas, Premio Nacional de Locución; además de doctorados honoris causa por su valiosa trayectoria como periodista y músico.
Formó parte del Consejo de Asesores de Multimedios y cada viernes tenía una cita con su amigo Carlos Marín en El Asalto a la Razón de MILENIO Televisión, donde hacían una tertulia rica, amena, envidiable. Entre los comentarios oportunos de Marín y la agilidad mental de Almeida la audiencia gozaba del programa.
Carlos Marín recordó en una entrevista con Joaquín LópezDóriga que aquellos programas eran 98 por ciento improvisados, que eran conducidos por el ingenio y la sabiduría de Almeida: “Jaime, además de ser un conocedor -como no sé de nadiede la música y de la importancia de ésta no solo en México, sino en el mundo, era sobre todo uno de esos extraños seres que cuando te los encuentras -pues quizás 3 o 4 en la vida-, dices ‘valió la pena conocerlo’, porque era un hombre bueno en el mejor sentido de la expresión; porque se le escurría prácticamente cualquier cosa que no fuera vital, que no fuera entusiasta, que no fuera gozosa, que no fuera musical.
“Él me hacía instalarme, relajarme con unas palabras variantes de: ‘Carlos cualquier cosa que estés viendo’. Le digo: ‘es que son llamados, notas, la entrevista que no llegó, la fotografía que no, el video…’ ‘Carlos, aquí relájate vamos a estar bien, vamos a hablar’, y enseguida me metía al tema, me empezaba a provocar y llegaba su imaginación al grado de que cuando no teníamos una mejor idea, nos poníamos a dialogar haciéndonos preguntas para responder con preguntas o buscando canciones que empezaran con A, o que empezaran con la T, todo siempre improvisado”, evocó.
“Jaime Almeida era uno de esos extraños seres que cuando te lo encuentras dices: ‘valió la pena conocerlo’”.
Carlos Marín Conductor de El Asalto a la razón