Las vacunas en la UE
resultará muy delicada. Y haría que fuera muy difícil, sino imposible, que se sumara a grupos como ECR, el de los conservadores que acoge a Vox o al partido de Gobierno en Polonia. «Viktor Orban es un ejemplo del rumbo que merece Europa: defensa de soberanías y fronteras, políticas de familia, respeto a raíces culturales. Es una buena noticia que Hungría mantenga su independencia frente a la presiones globalistas. Entre todos construiremos una Europa mejor», festejó Santiago Abascal.
Las razones son de sobra conocidas, tras una deriva cada vez más autoritaria y populista, pero el detonante fue la decisión de ayer del grupo popular de cambiar sus reglas internas, de tal modo que la expulsión de miembros díscolos o que directamente van contra los estatutos de la familia popular fuera mucho más sencilla. Orban avisó de que si esa votación se consumaba no habría punto de retorno.
Y no lo ha habido. La moción en el Partido Popular Europeo salió adelante con 148 votos a favor, 28 en contra y 4 abstenciones. Y minutos después, Orban envió una carta al alemán Manfred Weber, el líder del grupo en la Eurocámara, informándole de su salida.
«Presidente, por la presente le informo de que los miembros de Fidesz renuncian a su membresía en el grupo del Partido Popular Europeo. Con cientos de miles de europeos en el hospital y los médicos atareados salvando sus vidas es muy decepcionante ver que el grupo popular está paralizado por sus asuntos administrativos internos y trata de silenciar a nuestros eurodiputados democráticamente electos», dice la carta. «La enmienda al reglamento interno es claramente un mo
Críticas del sector
Ayer varias asociaciones y empresas salieron en tromba para exponer al Gobierno las posibles consecuencias que acarrearía en el mercado inmobiliario medidas similares en toda España. Entre otras cosas, apuntaron la reducción de la oferta y, en consecuencia, el aumento de precios que precisamente pretende evitar.
La medida de Francina Armengoles«unaexpropiacióncontraria a la seguridad jurídica que se necesita para desarrollar un mercado dealquilerprofesionalenEspaña», «noresuelveelproblemadefondo, que es la falta de vivienda pública en España» y «no es efectiva». Las comillas pertenecen a Asval (Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler), una organización que reúne a más de 2.000 asociados, de los cuales más del 90% son pequeños arrendadores.
El canciller austriaco, Sebastian Kurz, matizó ayer su reciente anuncio de no fiarse más de la UE en cuanto a la compra de vacunas contra el coronavirus y aseguró que su iniciativa junto a Dinamarca e Israel en ese campo «definitivamente no significa abandonar la vía europea», informa Efe.
Kurz y su homóloga danesa, Mette Frederiksen, viajan hoy a Israel, donde se reunirán con Benjamin Netanyahu para analizar una posible alianza para producir vacunas.
vimiento hostil contra Fidesz y nuestros votantes (…), por tanto, Fidesz ha decidido dejar el grupo inmediatamente», se puede leer en el documento.
Weber, que había escrito antes de la votación a Orban para intentar convencerle de que el cambio de reglamento no era nada personal, sacó pecho poco después. «No necesitamos ningún tipo de lección de Orban sobre nuestros valores en el PPE. Se trata de provocaciones contra Europa, de los derechos fundamentales y del Estado de derecho. Está claro que Fidesz se ha alejado de los valores de Schumann, De Gaspery, Kohl y Adenauer. Se alejaron del ellos, no nosotros». «Soy un constructor de puentes, es parte de mi ADN, y siempre he tratado de que trabajásemos juntos. Por eso es un día triste. Lo he intentado muchas veces en los últimos años, siempre argumentando y luchando por un enfoque común. Lamentablemente no ha sido posible y el Grupo dio hoy [por ayer] una señal clara de que quiere avanzar», zanjó. «Hace un tiempo que la discusión se volvió política en lugar de procedimental y nos obligó a responder a tres preguntas: ¿Somos dueños de nuestras decisiones o no? Segundo, ¿puede Orban dividirnos? Y tercero: ¿somos un partido de centroderecha, moderado y europeísta o ya no? El grupo ha respondido a estas tres preguntas de manera categórica: el 85% de nuestros miembros ha optado por la moderación en lugar del radicalismo», coincide el español Esteban González Pons, que se encargó el proceso de cambio de normas. La situación de estos años ha sido como una herida abierta, sin llegar a provocar un colapso del sistema, pero drenando las fuerzas. La facción alemana del PPE, con Weber a la cabeza, se resistía a echar a Orban o a dejarlo ir. Por eso en 2019 se aprobó su suspensión temporal, que sigue vigente. Una forma de congelar el problema, sin llevarlo hasta el extremo. La dirección de la familia popular le daba tiempo para corregir su actitud, y al mismo tiempo podía mandar el mensaje a Europa de que se habían tomado medidas.
La teoría detrás del razonamiento es conocida: Orban dentro era una piedra en el zapato, un problema de imagen y de coherencia, una forma de perder credibilidad, pero Orban fuera es un problema aún más grande para Europa. No sólo por la pérdida de sus 13 diputados para el grupo, que también, sino porque el ejemplo que tienen más presente es el de los tories de David Cameron. Mientras estuvieron en el PPE fueron un problema, cuando se fueron acabó llegando el Brexit.