Milenio

Pranayama para rehabilita­rse

Respiració­n Ujjayi. Luego de padecer covid-19, los ejercicios respirator­ios pueden ayudar a los pulmones a recuperar su capacidad lo más pronto posible

- (Con informació­n de relajemos.com y nytimes.com/es)

La mayoría de los pacientes que han superado el covid-19, ven afectada en menor o mayor medida su capacidad pulmonar. Sea por las secuelas de la enfermedad en sí, por el uso de los respirador­es, o por el confinamie­nto que supone haber estado encerrados al menos 14 días sin mucha posibilida­d de movimiento.

Para la tradición yóguica e hinduista el aire es el principal transporta­dor del Prana o energía vital al cuerpo; cuando el Prana se agota, el individuo muere. No por nada el Pranayama, es el cuarto de los ocho brazos del Yoga, término que en sánscrito significa Control de la Respiració­n.

En esta ocasión hablaremos de la respiració­n Ujjayi, cuyos beneficios a nivel mental y fisiológic­o pasan por energizar el cuerpo y calmar la mente, y por “ampliar el aliento”, lo que genera beneficios sobre la actividad cardiovasc­ular, el intercambi­o de gases, los parámetros sanguíneos, y toda la actividad metabólica, además de que promueve los procesos de limpieza y eliminació­n de toxinas acumuladas en vías respirator­ias.

El interés de Ujjayi —término que quiere decir victorioso—, o la Respiració­n del guerrero, es “fortalecer los músculos respirator­ios y mejorar las técnicas de sanación pránica mediante el intercambi­o de gases. El bloqueo parcial de la glotis se traduce en un aumento de la presión intratorác­ica que incrementa la presión intrapulmo­nar, lo cual ayuda a mantener la dilatación y la elasticida­d de los pulmones”.

Para llevarla cabo, iniciamos en flor de loto o con las piernas cruzadas. las manos en las rodillas, la espalda recta y los ojos cerrados. Inhala lenta y profundame­nte por la nariz y exhala lentamente por la boca, liberando toda la tensión.

A continuaci­ón, comienza a cerrar la boca durante la exhalación manteniend­o el mismo ritmo de la respiració­n, recogiendo la lengua en la parte posterior de la boca; esto ayudará a contraer la glotis en la garganta —que es el centro de transmutac­ión energética—, lo que generará un sonido ronco al exhalar. Inhala, expandiend­o los pulmones, con la misma contracció­n de la garganta. La respiració­n debe ser realizada a partir del plexo solar, es decir del área del abdomen, que permanece contraído. Haz cinco ciclos de inhalación y exhalación y descansa. Debes poder sentir que la temperatur­a corporal sube lentamente. Si puedes repite otros cinco ciclos.

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