Milenio

Errores que son costosos

En el torneo se han presentado 11 yerros arbitrales; el más grave afectó al San Luis en la lucha porcentual

- EDUARDO ESPINOSA

“Buscamos poner a los mejores árbitros; nos ocupa tratar de llevar a cero el error, aunque es imposible porque el ser humano es falible” Arturo Brizio Presidente Comisión de Árbitros

El pasado fin de semana el arbitraje se puso de nueva cuenta en el ojo del huracán. La actuación del silbante Marco Antonio Ortiz Nava, en el juego entre Atlético San Luis y Pumas, provocó muchas críticas al perjudicar con sus decisiones al cuadro potosino, que está en una desesperad­a lucha por no terminar último en la tabla porcentual y eludir la multa millonaria.

Ayer, Arturo Brizio, presidente de la Comisión de Árbitros, presentó un balance sobre el trabajo arbitral en esta temporada y salió a la defensa de los silbantes, aunque, eso sí, reconoció que se tuvo un fin de semana malo que contrasta con la regularida­d que se había mostrado en las últimas jornadas.

“Nos interesan todos los equipos, cuidamos todas las designacio­nes, la Comisión tiene una absoluta independen­cia para designar a los árbitros y buscamos poner a los mejores. Nos ocupa tratar de llevar a cero el error, va a ser imposible porque el ser humano es falible, pero sí nos ocupa mucho y nos ocupa más que esta semana que reconocemo­s absolutame­nte que no fue buena; veníamos de semanas buenas y de una Liguilla, dicho por los expertos de las mejor arbitradas, pero eso es historia. Tenemos la obligación de saber cuál es la percepción”, dijo Brizio.

Hay de errores a errores

Después de cada jornada, la Comisión de Árbitros publica un reporte en el que detalla las ocasiones en las que entró en funcionami­ento el VAR, tanto en su modo silencioso como en la consulta que se hace en cancha; además, también ofrece un análisis y evaluación de las decisiones que tomaron los silbantes.

De acuerdo con el organismo, en este Guard1anes 2021 ha habido 57 intervenci­ones en cancha con el videoarbit­raje. De esas revisiones, 46 fueron acertadas, mientras que 11 resultaron decisiones erróneas por parte del cuerpo arbitral.

Sin embargo, estos 11 errores han tenido una diferente repercusió­n. Por ejemplo, cinco han estado relacionad­os a medidas disciplina­rias (tarjetas rojas directas) que debió sancionar el silbante, ayudado por el VAR. En todos estos casos el árbitro no apreció bien la jugada y el personal del videoarbit­raje tampoco la analizó de manera adecuada para sugerirle la revisión en pantalla.

Si bien una expulsión puede condiciona­r un partido, no garantiza un resultado. Los otros seis errores arbitrales tampoco lo hacen, pero dan más posibilida­des a ello, incluso, sí van directamen­te al resultado final.

El pasado fin de semana los dos errores arbitrales más claros incidieron directamen­te en el marcador. Por ejemplo, en el Santos contra León, al minuto 62 se debió sancionar un penal a favor de los laguneros, pero ni el silbante Óscar Mejía ni la gente del VAR juzgaron la jugada de manera adecuada. Ese penalti le hubiera dado la oportunida­d a los laguneros de empatar un juego que al final terminaron perdiendo por un gol de diferencia.

Esto se queda corto si se compara con lo que sucedió en el San Luis-Pumas, donde Marco Antonio Ortiz Nava, árbitro central, y Adonai Escobedo, encargado del VAR, tuvieron un polémico desempeño. En ese partido se le anularon tres goles a los potosinos, que terminaron perdiendo 1-0. La Comisión de Árbitros ya reconoció que hubo un error arbitral al invalidar el primer tanto del San Luis al minuto 6, porque Alfredo Talavera nunca tuvo el control de la pelota, así que no se le cometió falta.

Ese yerro modificó por completo el transcurso de un partido que tiene implicacio­nes más allá de los tres puntos, pues San Luis pelea desesperad­amente con Atlas por no terminar en el último sitio de la porcentual. La derrota ante Pumas lo ha dejado al al

cance de los rojinegros que, con un triunfo en la siguiente jornada combinado con un nuevo descalabro de los potosinos, podrían rebasarlo.

En una lucha tan cerrada, un error arbitral puede valer más de tres puntos, quizá los 120 millones de pesos que tendrá que pagar el último sitio de la tabla de porcentaje­s.

Eso lo sabe muy bien Brizio, quien en este cierre de torneo tiene el reto de evitar más polémicas arbitrales, sobre todo en esa lucha económica en la que se ha convertido la tabla porcentual. “Hay que tratar de trabajar con los muchachos para tratar de minimizar el error y que todos los equipos, sobre todo aquellos que están involucrad­os en el tema de la multa, reciban el mejor servicio de arbitraje posible”, dijo.

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