Milenio

Cabeza de Vaca y Artículo 19

- JAIRO CALIXTO ALBARRÁN jairo.calixto@milenio.com @jairocalix­to

Tiempos terribles se viven como para que un ser de luz y de color como el góber precioso panista, Cabeza de Vaca, finísima persona, sea acusado de estar metido en toda clase de cosas chuecas cuando de lejos se ve que sería incapaz de asociarse con los malos de Malolandia, a pesar de lo que digan las autoridade­s federales y la UIF. Al rato dirán que tiene sus ahorros en Andorra o que anda financiand­o a Latinus o está detrás de Artículo 19.

En lo personal, no creo que esta noble institució­nseadening­unamaneras­electiva en sus acciones de defensa de periodista­s—aguerrid@sreporter@safirmanqu­e su trabajo ha sido fundamenta­l—,aunque en mi caso, que por supuesto es muy menorcompa­rado con mi admirada yquerid aL y di a Cacho, se tardaron semanas en comunicars­e conmigo cuando hablé de los no pocos mensajes amenazador­es que me mandan los bots de grandes defensores de la democracia como Chumel Torres, el ex presichent­e Jelipillo, FRENAAA y varios más. Eso mientras que a otros cercanos a la onda opositora los atienden de volón pimpón, aunque a leguas se ve que están jugando a la neymariña con cuatemiña integrada. Por ejemplo, ante la salida de

Los Periodista­s de La Octava, el informativ­o de Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, la reacción de Artículo 19 ha sido nula (no quiero creer que se trata de una recomendac­ión negativa de su antiguo director, Darío Ramírez, que hoy está en Mexicanos contra la corrupción de Claudio muyXGonzál­ez, que fue criticado con frecuencia por esta emisión); digo, por lo menos podrían haber preguntado si hay ahí un problema de libertad de expresión o algo turbio, pero nada. Incluso en su último programa Páez y Delgado entrevista­ron a Leopoldo Maldonado, que está al frente de este organismo, sobre su pelea con AMLO, y no mostró ninguna solidarida­d,lo cual se presta al sospecho sismo. Comoquiera quesea, este pro hombre, Cabeza de Vaca, tristement­e se está quedando solo. Primero sus amigos góbers, que en cuanto vieron que iba cayendo en desgracia lo abandonaro­n a su suerte; primero, il

Duche Alfaro y luego sus compadres en el Congreso de Tamaulipas que no fueron capaces de defender su mayestátic­a figura, despojándo­lo del blindaje que requería para seguir en su livin la vida loca de mal imitador del Piporro, caray.

Dioj mío, a ver si en vez de presidente como sueña guajira mente, no termina en el tambo con Juan Col lado. Eso le pasa por contratar a Ja vi erLoz ano de vocero.

Este prohombre tristement­e se está quedando solo

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