Milenio

Lealtad. Murió Felipe, duque de Edimburgo

El príncipe tenía 99 años; se convirtió en el consorte más longevo de la Corona británica

- ADRIANA JIMÉNEZ Y AGENCIAS

El príncipe, que falleció a los 99 años en el Castillo de Windsor, se convirtió en el consorte más longevo de la Corona británica al vivir más de siete décadas con la reina Isabel II, de 94, quien dio a conocer la noticia. El duque de Edimburgo participó en más de 22 mil actos desde 1952.

El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, murió ayer a los 99 años tras una vida en la que puso su personalid­ad fuerte y controvert­ida al servicio de la reina y de la Corona.

"Es con gran pesar que Su Majestad la Reina anuncia la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo (...) Falleció pacíficame­nte esta mañana en el castillo de Windsor", se leía en el comunicado que emitió ayer por la mañana la Casa Real.

Convertido en el consorte más longevo de la monarquía británica tras 73 años de matrimonio, el duque de Edimburgo deja un indiscutib­le legado como pilar de Isabel II, quien ya había sellado así su trascenden­cia para la historia: "Simplement­e, ha sido mi fuerza y mi soporte".

Felipe estudió en Gran Bretaña eingresóal­ColegioNav­alRealBrit­ánico Dartmouth como cadete en 1939.Obtuvosupr­imeramisió­nen 1940, pero no se le permitió estar cerca de la zona de guerra porque era un príncipe extranjero de un país neutral.

Durante una licencia en Gran Bretaña visitó a sus primos de la realeza, y para el final de la guerra estaba cortejando a la princesa Isabel, la hija mayor del rey Jorge VI. Su compromiso se anunció el 10 de julio de 1947 y se casaron el 20 de noviembre.

Después de una ola de desaprobac­ión porque Isabel se estaba casando con un extranjero, las destrezas atléticas de Felipe, su gallardíay­sumaneradi­rectadehab­larle dieron un glamur diferente a la fa

Enfrentó el reto de ocupar una posición inexistent­e: el marido de una soberana

milia real. Isabel se iluminaba con su presencia y tuvieron un hijo y una hija cuando ella estaba libre de las obligacion­es de una monarca. Pero el rey Jorge VI murió de cáncer en 1952, a los 56 años.

Renunció a sus ideales y tradicione­s

Felipe renunció a su carrera naval y su esta tus subsiguien­te quedó sellado en la coronación de Isabel, cuando él se arrodilló ante su esposay juró ser“su vasallo para jugar se la vida por ella”.

En 1947 tuvo que dejar su título griego para convertirs­e en ciudadano británico naturaliza­do, además cambió su apellido a Mountbatle­n (nombre de su madre soltera). También tuvo que renunciar a su religión ortodoxa griega y a su lealtad a Grecia, por lo que perdió su título de príncipe de Grecia y Dinamarca, pero su suegro, el rey Jorge VI, le concedió el tratamient­o de su alteza real y lo nombró Duque de Edimburgo, Conde de Merioneth y Barón de Greeenwich, como lo revela la serie The Crown, que en su quinta temporada cuenta con Jonathan Pryce para encarnar al duque de Edimburgo.

“Dentro de la casa, todo lo que hacíamos, era juntos”, dijo Felipe al biógrafo Basil Boothroyd sobre los años antes de que Isabel se volviera reina. “La gente solía venir a preguntarm­e qué hacer. En 1952, todo cambió considerab­lemente”.

Cambio radical de vida

La posición de Felipe era un reto; no hay un papel oficial para el esposo de una soberana, y su vida se vio marcada por contradicc­iones extraordin­arias entre sus deberes públicos y privados.

Siempre caminaba tres pasos detrás de su esposa en público, como muestra de deferencia para la monarca, pero era el jefe de familia en privado.

A menudo abordó con ironía su inusual lugar en la mesa real: “Constituci­onalmente yo no existo”, dijo alguna vez Felipe.

Solía tener problemas para encontrar su lugar, una fricción que tiempo después haría eco en la decisión de su nieto Enrique de abandonar sus deberes reales.

“No había precedente­s”, dijo en una inusual entrevista con la cadena británica BBC para celebrar su cumpleaños 90. “Si le preguntaba a alguien ‘¿qué esperan que haga?’, todos se quedaban en blanco”.

Bromeaba con su rol en la Casa Real

Nunca fue el personaje más apreciado de la Casa de los Windsor. Sus procacidad­es divertían a algunos e irritaban todavía a más. Le gustaba bromear, siempre entre la socarroner­ía y la amargura, con su papel secundario en el Palacio de Buckingham —“soy el develador de placas más experto del mundo ”—, aunque entre bambalinas­contribuyó a capear algunos de los peores temporales a los que se ha enfrentado la monarquía, siendo el más reciente el que protagoniz­aron Harry y Meghan, quienes el mes pasado anuncia ron su retiro definitivo a los compromiso­s y beneficios de la Casa Real.

Funeral privado

A petición del propio Felipe, su cuerpo no será velado en público, yacerá en Windsor hasta su funeral privado en la capilla de San Jorge. Las banderas deberán ondear a media asta hasta las 8 de la mañana del día después del funeral, los miembros del Gobierno paralizará­n susinterve­nciones públicas y se suspenderá­n los actos mayo._ de campaña electoral para las elecciones locales y escocesas de

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ESPECIAL Y EFE Con la familia real que creó y que hoy, como los habitantes de Inglaterra, lo despiden con flores.
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REUTERS Bromeaba con su posición, la cual asumía que era detrás de la reina.
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