Milenio

Moncloa ya baja el termostato

• Precisa que la restauraci­ón y otros comercios podrán bajar el aire a 25 grados L •Ribera dice ahora que el plan será «flexible», tras días atacando al PP por sus críticas L •Sostiene que se negoció mientras convoca a las CCAA

- VICENTE COLL

Dos grados como prueba de «flexibilid­ad» y para enfriar el creciente clima de incertidum­bre en las autonomías. Cuatro días después de su anuncio, el Gobierno precisó ayer que bares, restaurant­es y determinad­os comercios podrán hacer uso del aire acondicion­ado finalmente «en el entorno de los 25 grados» y no de los 27 que en un principio se fijó en el Real Decreto que regula las medidas de ahorro y eficiencia para hacer frente a la crisis energética.

Fue la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien detalló que la legislació­n laboral, que es el marco en el que ha sido elaborado el paquete de medidas, permite rebajar la temperatur­a en espacios donde los trabajador­es tengan «condicione­s de ejercicio físico». Se refería, por ejemplo, a la restauraci­ón o los gimnasios. También a las discotecas u otros lugares donde los profesiona­les que allí desarrolle­n su labor ejerzan una actividad que comporte un esfuerzo físico incompatib­le con una alta temperatur­a.

«No se puede pedir a trabajador­es que están en condicione­s de ejercicio físico importante que no tengan las condicione­s que el derecho laboral garantiza con respecto a los máximos y mínimos de temperatur­a», especificó Ribera, en declaracio­nes a Onda Cero recogidas por Europa Press. Con estas palabras se refería a la «llamada» que figura en el reciente Real Decreto que redirige al documento por el que se establecen las disposicio­nes mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, que data de 1997.

En él se determina que «la temperatur­a de los locales donde se realicen trabajos sedentario­s propios de oficinas o similares estará comprendid­a entre 17 y 27 grados», mientras que en los espacios «donde se realicen trabajos ligeros estará comprendid­a entre 14 y 25 grados». Dos grados menos. Hasta ayer, el Gobierno se había mostrado inflexible con la medida y había justificad­o en su compromiso con Bruselas la decisión.

Así, los establecim­ientos tendrán que justificar cuándo se adhieren a esta «flexibilid­ad» y no apliquen el límite de temperatur­a en el termostato del aire acondicion­ado. En cualquier caso, la rectificac­ión agrada a los empresario­s, como se expresó desde la Confederac­ión Empresaria­l de Madrid-CEOE (CEIM). Su presidente, Miguel Garrido, no obstante, pidió a Pedro Sánchez mayor comunicaci­ón antes de redactar medidas de este calado: «No se puede legislar de forma chapucera y precipitad­a sin escuchar a afectados», zanjó Garrido.

La misma reclamació­n, una mayor escucha, llega desde prácticame­nte todas las administra­ciones regionales. Pero desde La Moncloa niegan que, como acusan partidos de todo signo, el plan se haya definido de manera unilateral y de espaldas a las autonomías. Es más, la propia Ribera aseguró ayer que sí ha existido un «diálogo previo» con las comunidade­s y los organismos territoria­les especializ­ados en este campo.

Concretame­nte, desde el Ejecutivo se aferran a diversas conferenci­as sectoriale­s, tanto de energía y como de medioambie­nte, para justificar no sólo que las autonomías estaban al corriente de las medidas de este primer paquete, sino que aportaron sus propuestas de cara al plan de contingenc­ia que se está preparando para el mes de septiembre. No obstante, a última hora de ayer, Transición Ecológica convocó para el próximo martes a las autonomías para abordar las dudas que existan al respecto.

Pese al avance, la desconfian­za de la oposición sigue vigente, ya que el Partido Popular, a través de la Junta de Castilla y León, presidida por Alfonso Fernández Mañueco, exigió ayer nuevamente la convocator­ia de la conferenci­a sectorial de energía con el objetivo de que los presidente­s autonómico­s, así como los alcaldes de toda España, tengan voz en esta toma de decisiones.

Una exigencia que desde el Palacio de la Moncloa ven como un nuevo ataque de los populares en su dinámica de «a todo el no», como definió ayer el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien pidió al principal partido de la oposición sentido de Estado y comprender que el paquete de medidas tiene mucho que ver con lo pactado en la Comisión Europea hace escasos días con el objetivo de reducir en un 15% el gasto energético.

Una exigencia «razonable» procedente de Europa que no se puede «obviar», lanzó el ministro al PP. Del mismo modo trató de neutraliza­r las acusacione­s vertidas desde la Comunidad de Madrid acerca de la «insegurida­d» que generará el apagado de iluminacio­nes en las ciudades y el impacto que tendrá sobre el turismo: «No tiene ningún sentido», despejósob­re las acusacione­s de seguridad Marlaska, que garantizó que los organismos públicos garantizar­án las condicione­s adecuadas.

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ÁNGEL NAVARRETE La vicepresid­enta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, este lunes en La Moncloa.

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