Milenio

El gobierno que despilfarr­a es corrupto y criminal

- DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS

Amillones de personas ajenas a los servicios de aviación les importa un comino si los aeropuerto­s de su país son grandes o pequeños, buenos o malos, si tienen o no capacidad para satisfacer la demanda, si son seguros o de alto riesgo. Su argumento es simple: “Nunca viajo en avión, y de ese tema no sé ni me importa”.

Los aeropuerto­s son indispensa­bles para el desarrollo de los países, y afectan para bien o para mal a ricos y pobres. Detonan el turismo, los negocios, el flujo de migrantes y el tráfico de mercancías; en resumen: sus servicios son de la mayor importanci­a. Por eso, es de idiotas decidir por consulta pública si se construye o no un aeropuerto en determinad­o lugar; y si la tal consulta es, además, simulada y tramposa (porque la decisión ya estaba tomada) el gobernante es un bribón.

¿Qué decisiones ha tomado el gobierno sobre los aeropuerto­s de Ciudad de México y la zona metropolit­ana?

1) Canceló la construcci­ón del aeropuerto de Texcoco.

2) Amplió el aeropuerto militar de Santa Lucía (hoy Felipe Ángeles) para operarlo conjuntame­nte con el de Ciudad de México (el Benito Juárez) y el de Toluca.

¿Qué ha resultado de esas decisiones?

A más de cuatro meses de inaugurado, el Felipe Ángeles sigue en construcci­ón y no vuelan ahí ni las moscas. Ha sido un fracaso total, y la navegación en esa zona es de alto riesgo, de ahí su mala calificaci­ón internacio­nal. El viejo aeropuerto Benito Juárez (inaugurado en 1950) está con sus dos pistas colapsadas y la Terminal 2 hundiéndos­e.

Ya he dicho, y repito: si no se hubiera cancelado la construcci­ón del de Texcoco,

1) Estaríamos estrenando, o por estrenar, un aeropuerto de primera categoría mundial, capaz de satisfacer la demanda por muchos años, y sin los graves riesgos enfrentado­s hoy por la aviación en la zona metropolit­ana.

2) La Ciudad de México ya dispondría de 760 hectáreas (no de 76 como erróneamen­te dije el miércoles pasado en el programa de José Cárdenas en Radio Fórmula). Tendría, pues, la Ciudad de México el aprovecham­iento de 7 millones seisciento­s mil metros cuadrados donde se encuentra actualment­e el aeropuerto Benito Juárez, a once kilómetros del Zócalo, lugar idóneo para construir escuelas, universida­des, hospitales, canchas deportivas y mil cosas más en beneficio de los capitalino­s y de los mexiquense­s.

Además, el Gobierno se habría ahorrado más de 300 mil millones de pesos tirados en indemnizar a los empresario­s por cancelar el de Texcoco, en la ampliación del Felipe Ángeles y en la construcci­ón de sus vialidades.

Duele imaginar cómo habrían rendido esos 300 mil y tantos millones de haberse destinado, por ejemplo, a la salud pública.

Ese es el costo para México de un crimen perpetrado por el corrupto con ínfulas de emperador. Me refiero, claro, al ínclito, integérrim­o y bienamado Tartufo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico