Autores bajo fuego
Ser escritor es una profesión de alto riesgo por muchos motivos. Particularmente para aquellos con convicciones claras y contundentes. Sé que fuimos millones quienes quedamos horrorizados por el ataque que el autor Salman Rushdie sufrió a manos de un fundamentalista el pasado viernes, pero lo que ha seguido pasando al respecto, más allá del caso de este hombre que tenía una amenaza de muerte dictaminada desde 1989 por parte del Ayatollah Khomeini, es francamente aterrador por muchos motivos.
Los fundamentalistas, de todo tipo, tienen largas memorias, pero éstas se están mezclando con la cultura de las amenazas a través de las redes, que suelen venir de parte de absurdos bots enojados, pero que en casos como éste no se pueden ignorar.
Por ello la policía ya está involucrada con la petición de ayuda de la creadora de Harry Potter,
J.K. Rowling, a quien, después de expresar su dolor por lo ocurrido a Rushdie recibió el mensaje: “Y sigues tú”.
No solo es Rowling quien está viviendo esto, Stephen King, por ejemplo, también ha sido muy claro con su preocupación ante la gente que ataca escritores. Como ellos, quienes sí están en los ojos del mundo, tantos miles más.
Tenemos problemas del siglo pasado, ¡caray!, de varios siglos atrás, con tecnología y alcance actual. Y sí, mientras que muchos consideran que hay que devastar a cualquiera que tenga una opinión distinta a la suya en redes sociales no podemos dejar de ver el alcance de quienes realmente buscan cancelar una vida con un cuchillo.
Rushdie se recupera sabiendo que tuvo suerte esta vez. Pero el ver lo que pasa con los fundamentalismos del ayer, hace desear que los que hoy se están “cocinando”, entiendan que esto no lleva a nada más que destrucción. Tristemente, no veo esta conciencia en casi ningún lado.