MILENIO entra a la mina anexa que dificulta la estrategia en El Pinabete
La mina Concha Norte acumula más de 2.3 millones de metros cúbicos de agua y parte de ese líquido ha elevado los niveles en El Pinabete, donde están atrapados 10 trabajadores; pese a que 19 bombas sustraen 427 metros cúbicos por segundo del yacimiento inundado, la conexión subterránea entre ambas dificulta la operación. Ayer se sumó una empresa de EU a la labor de rescate y el gobierno federal mantiene contacto con Alemania para realizar consultas a sus expertos. la de la chilena San José inició el 5 de agosto de 2010. En el caso de Chile, los ubicaron vivos el día 17 y los rescataron en el 69. Acá vamos en el día 15.
Día 1. Organizarse. Tras el derrumbe, los mineros lograron llegar a un refugio que tenía pocas latas de atún, salmón y leche. Los mineros chilenos quedaron atrapados a 720 metros de profundidad. En Agujita se estima que están a unos 60.
Día 2. Realismo. Los trabajadores gritaban, taladraban y encendían fuego para que el humo subiera por la chimenea de escape, intentando dar señales de vida. La temperatura se elevaba a más de 40 grados. Para beber, solo tenían agua industrial. En la superficie, las autoridades explicaron que se había producido un segundo derrumbe.
Día 4: Dificultades. Los trabajadores empezaban a tener dificultades para mantener la moral. Algunos lamentaban que no podrían ver a sus hijos crecer y escribían mensajes de despedida.
Día 5. La esperanza. char, a lo lejos, el sonido de una sonda. Y luego otras más. Se emocionaron porque entendieron que no los habían abandonado.
Día 14. Adivinando. Arriba se cuestionó que las sondas se dirigían a un punto equivocado: la empresa no tenía mapas correctos de su mina. Adivinaban.
Día 15. Última porción de atún. Los mineros se las habían arreglado para racionar los pocos alimentos disponibles. Solo quedaba un poco de atún. Algunos propusieron dárselo a los más débiles. Decidieron no comer por 72 horas.
Día 17: Con el alma. Los 33 mineros ven aparecer la punta de un taladro. De algún lado tomaron energía para celebrar y golpear el aparato: “no le pegábamos con las manos, le pegábamos con el alma para que arriba sintieran que estábamos vivos”, dijo otro.
Aunque ya sabían dónde se encontraban y podían enviarles alimentos e incluso juegos para que se entretuvieran, todavía faltaban 52 jornadas de trabajo para lograr extraerlos.
La esperanza, en todo caso, había vencido al pesimismo: fueron rescatados en el día 69. Los mexicanos llevan 15 bajo tierra.