Persecución por pagos “es toda una pesadilla”
Las apps financieras fraudulentas prestaban sin necesidad de intermediarios ni revisión en buró de crédito, pero sí exigían datos bancarios y acceso a redes sociales
Patricia perdió el sueño, familiares, amigos y compañeros de su trabajo tenían una fotografía suya en donde supuestamente pedía dinero a cambio de trabajo sexual. Esto sucedió porque una app de de préstamos llamada JoseCash le exigía el pago de 500 pesos por un préstamo que recibió tres días antes y de la cual solo recibió 10 por ciento, “es toda una pesadilla”.
Así como a ella, miles de personas son perseguidas por los llamados “montadeudas”, quienes además de robar sus datos personales, contactos y redes sociales, los amenazan y difaman con sus conocidos para cobrar cantidades elevadas de dinero.
Pese a que no existen registros oficiales que ilustren el número total de víctimas, hasta ahora suman 775 quejas por doxing en el portal de fraudes financieros de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef ).
Óscar Rosado Jiménez, presidente de la Condusef, explicó que, el también conocido como “gota a gota virtual”, es un esquema que antes era presencial y del que se tiene registro desde hace más de seis años.
“Los afectados deben hacer el pago de los que los supuestos créditos diarios o semanales por los que al final se paga hasta 500 por ciento más de la deuda inicial a cambio de la seguridad”, comentó el funcionario.
Explicó que este hecho migró de la forma presencial a la virtual con aplicaciones dónde ya no se trata de población adulta mayor (que eran los habituales perjudicados), ahora van desde jóvenes de 20 años. No son instituciones financieras registradas, ni empresas o sociedades mercantiles formalmente constituidas.
“Entras a la aplicación y entregas toda tu información, contactos y hasta fotos y videos. Con esa información es con la que amenazan y extorsionan, lo que se vuelve un verdadero calvario para las personas que caen en estas redes, básicamente por una necesidad económica”, dijo Rosado Jiménez, y aclaró que no es un tema que pueden atender ni Condusef ni Profeco.
A Patricia le llamó la atención que se tratara de un préstamo sin revisión en buró de crédito, que no hubiera intermediarios y que no fuera necesario comprobar ingresos, por lo que fácil cumplir con los requisitos: una fotografía de su credencial de elector y su tarjeta bancaria y su clabe interbancaria. En su teléfono, dio acceso su galería de fotografías, sus contactos y la contraseña de su Facebook.
“Solicitud aceptada” y en menos de 24 horas tenía un depósito por 500 pesos, solo una parte del total; sin embargo, a los tres días la deuda crecía y crecía, aunque ya no recibió más depósitos del préstamo.