Quinto autobús cruzó 17 retenes de policías federales y estatales
El más reciente informe de la comisión de la verdad detalla que en ninguno de esos puntos de revisión fue detenido el vehículo, “por lo que se presume que su contenido, se desconoce qué era, dinero o drogas, se recuperó”
Aunque no se ha resuelto el misterio del “quinto autobús”, el reciente informe de la Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa, presentado el jueves por el subsecretario Alejandro Encinas, fortalece la hipótesis de que esta unidad de pasajeros es la clave para entender los motivos de quienes ordenaron la operación contra los estudiantes en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014.
Al menos 180 individuos, entre civiles y policías federales, estatales de Guerrero y municipales de ese y otros municipios, se movilizaron, unos para la agresión directa y otros para establecer círculos de contención a lo largo de 80 kilómetros para controlar la región. Un dispositivo de tales dimensiones no se justifica en los planteamientos considerados en la “verdad histórica” del ex procurador Jesús Murillo Karam, de que la violencia fue la respuesta al supuesto intento de sabotear un discurso de la esposa del presidente municipal o un enfrentamiento entre bandas criminales.
En cambio, desde su primer informe, presentado en septiembre de 2015, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) planteó que uno de los autobuses que los estudiantes tomaron en Iguala pudo llevar oculto un “clavo” o paquete de heroína, con valor de venta al menudeo de varios millones de dólares, y el objetivo de los criminales era primordialmente impedir que saliera de la zona y luego recuperar el cargamento.
La novedad en el último reporte de la Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia es que “se estableció que la noche de la desaparición fuerzas federales, estatales y municipales colocaron (al menos) 16 retenes para cubrir todos los accesos y salidas de esa ciudad.
“En ninguno de esos retenes fue detenido ese autobús, por lo que se presume que su contenido, se desconoce qué era, dinero o drogas, se recuperó”.
Además, en el mapa del informe oficial se señala la ubicación de 17 retenes.
RETENES
La ruta del Estrella Roja
La Procuraduría General de la República (PGR) intentó ocultar la existencia del quinto autobús, el 3278 de la compañía Estrella Roja. En conferencias de prensa y comunicados solo mencionó dos de la línea Costa Line y dos de Estrella de Oro. Sin embargo, a raíz de que el periodista John Gibler entrevistó a estudiantes que viajaron en el Estrella Roja, el GIEI descubrió grabaciones de cámaras de seguridad de la terminal de Iguala que lo muestran cuando está saliendo y pidió que las autoridades se lo mostraran. No obstante, la PGR intentó engañar al GIEI presentándole un camión distinto, como reveló un peritaje fotográfico, y además incluyó en el expediente oficial la declaración de un supuesto chofer, que no coincidía con un documento manuscrito que hizo otro conductor, a petición de su empresa, el 27 de septiembre de 2014.
Según declaraciones de los ocho a 10 estudiantes que lo tomaron, el Estrella Roja salió por la puerta trasera de la terminal para dirigirse hacia Periférico Sur, se retrasó por la solicitud del conductor de esperar a una mujer que le trajo un sobre y, cerca de las 22:00 horas, cuando ya se dirigía hacia la salida de la ciudad, a uno de los jóvenes le informaron por teléfono que habían matado a uno de sus compañeros (Aldo Gutiérrez, herido en la cabeza a las 21:50 horas).
PASO A PASO
La extinta procuraduría intentó ocultar la existencia del autobús, el 3278 de la compañía Estrella Roja
El operativo constaba de 180 individuos, entre civiles y policías federales, estatales de Guerrero y municipales
El informe relata que a las 22:40 horas, aproximadamente, “el autobús 3278 (el quinto camión) se detiene 150 metros antes de llegar al Palacio de Justicia y es registrado por elementos de la Policía Federal, quienes después de cuestionar a los estudiantes, los obligan a bajar de la unidad y les solicitan que se retiren del lugar”.
Al aproximarse al puente del Chipote, en la carretera hacia Chilpancingo, hallaron automóviles detenidos y otros que trataban de retroceder, avisando de una balacera. Los normalistas vieron a policías municipales y federales. Bajaron, se confrontaron verbalmente con un agente, que los amenazó con un rifle R-15, y ellos huyeron hacia un monte cercano.
El conductor del quinto autobús se dirigió entonces a Jojutla, donde abogados de Estrella Roja le pidieron relatar lo sucedido. Este es el documento manuscrito que contradice la declaración del supuesto chofer incluida en el expediente por la Procuraduría General de la República.
Hasta el momento no se conoce dónde está el verdadero autobús 3278.