TRASCENDIÓ
Que
para evitar lecturas sesgadas se dio una orden y se determinó un protocolo en los actos de Andrés Manuel López Obrador: hasta nuevo aviso, las tres corcholatas de la carrera presidencial, Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, deben estar en primera fila y juntos, como ocurrió ayer en el cuarto Informe en Palacio Nacional, donde los tres se saludaron con beso o abrazo amistoso cuando se acomodaron en sus lugares. La idea es dejar en claro que hay piso parejo y sobre todo frente al pasado, pues en 2019, 2020 y 2021, el canciller fue enviado hasta la segunda o cuarta fila.
Que
el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, tuvo una entrega de Informe presidencial redonda pues no solo fue cobijado por la bancada de Morena, sino también por los opositores, entre los que destacó el dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, a quien le dijo mientras se abrazaban: “vamos a construir todos por México”. Más tarde, el propio tabasqueño afirmó que no hay nada de malo en esos acercamientos con quienes piensan diferente y en la misma conferencia de prensa revivió el famoso “a mí denme por muerto”, como alguna vez se expresó su hoy jefe, al asegurar que él nunca “ha manifestado ni una aspiración política”. También se desmarcó de los funcionarios que usan recursos públicos para promover su imagen rumbo a 2024, asegurando que él trabaja en sus descansos e incluso pide que le descuenten los días laborales que usa para actividades personales.
Que
todo parece indicar que la embajada de México en Kiev, evacuada después de que una bomba cayera en el edificio contiguo al inicio de la invasión rusa a Ucrania –el pasado 24 de agosto cumplió seis meses–, estará en condiciones de reabrir para finales de año si nos atenemos al cuarto Informe presidencial entregado ayer en el Congreso, en el que se menciona específicamente esa posibilidad para la representación diplomática encabezada por Olga Beatriz García Guillén, a diferencia de las sedes también cerradas en Haití y Nigeria.