Milenio

La ley del péndulo en los mercados financiero­s

- MANUEL SOMOZA

Delamismaf­orma,comoenmuch­as cosas, los seres humanos tendemos a exagerar, y en el sector financiero sucede lo mismo. Más allá de lo que nos dice la realidad de los datos duros, la mayoría de las veces acostumbra­mos a exagerar tanto las buenas noticias como las malas; la ley del péndulo se aplica justo cuando, después de un evento relevante que trajo como consecuenc­ia una reacción desproporc­ionada, se cambia la actitud en sentido contrario para tratar de compensar la primera decisión.

Me parece que lo que sucedió con el comportami­ento de las bolsas en julio y agosto, es un reflejo de lo anterior. Desde principios de julio los mercados empezaron a alimentar la esperanza de ver que la inflación en Estados Unidos podía declinar; esto estaba justificad­o por una disminució­n importante en el precio de algunas materias primas, dentro de las cuales se incluye el petróleo.

Además de lo anterior, también se tuvo la sensación de que los cuellos de botella ocasionado­s por la pandemia y por los cierres de la actividad industrial en China empezaban a resolverse favorablem­ente. Lo mencionado trajo como consecuenc­ia un fuerte incremento en los índices bursátiles que no se había visto en todo el año; el ímpetu siguió positivo en agosto, alimentado por el hecho de que la inflación se había reducido de 9.1 por ciento en junio a 8.5 por ciento en julio.

La reacción tan positiva de los mercados fue exagerada ante un dato que, siendo bueno, no implicaba que el problema de la inflación ya estuviera en camino de resolverse. Los inversioni­stas no vieron que la realidad era que la inflación a 8.5 por ciento aún era muy alta, encontránd­ose muy lejana de la meta de la Reserva Federal de llegar a 2 por ciento; además, en el entusiasmo desmedido, los mercados dejaron de escuchar a los miembros de la Fed que insistían en que el banco debía seguir subiendo las tasas y que no era el momento para hacerse para atrás.

Al final se dio lo que tenía que venir, y Jerome Powell —en el simposio de Jackson Hole, en Wyoming— dijo rotundamen­te, en ocho minutos, que las tasas de interés seguirán su camino ascendente, aunque esto resultara doloroso. Más claro ni el agua, y ahí los mercados de nuevo marcaron un giro hacia lo negativo, que a todas luces me parece que fue también muy exagerado. Powell no dijo nada nuevo, solo ratificó el camino que tiene que tomar la Fed después de haberse equivocado en las expectativ­as que se tenían al inicio del año.

Los mercados seguirán yendo y viniendo, pero después del descalabro de la semana pasada espero que la volatilida­d se reduzca; sin embargo, en los próximos días saldrán datos que impactarán a los mercados: En primer lugar, la creación de empleos en Estados Unidos en agosto, y después, el 13 de septiembre, la inflación del mismo mes.

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