Milenio

Ada Camarena: 24 años bajo el yugo de Naasón Joaquín

Luego de abandonar esa congregaci­ón religiosa y sus estrictas prohibicio­nes, la joven encontró su liberación en el simple hecho de vestir jeans, playera y zapatillas... como cualquier chica de su edad

- ALEJANDRA ZÁRATE

Temerosa del fuego eterno, la joven mexicana no se atrevió a ponerse jeans sino hasta varios años después de dejar la religión que la hacía usar falda hasta los tobillos, llevar cabello largo, portar velo en la cabeza y, por supuesto, no usar maquillaje ni joyas. El alcohol, el tabaco, el cine, las fiestas y las groserías también estaban en la lista de prohibicio­nes.

Su liberación llegó a los 24 años cuando subió a redes sociales una foto vistiendo una playera negra, unos pantalones azules y unas zapatillas rojas, como muchas chicas de su edad.

Ada Camarena nació y creció inmersa en la Luz del Mundo, donde aprendió creencias difíciles de cuestionar debido a que los líderes ejercen fuerte presión sobre los fieles. En Mexicali, Baja California, debía entregar su vida a este sistema de creencias, sin cuestionar sus doctrinas.

Al igual que todos los miembros de la congregaci­ón que aún dirige Naasón Joaquín García desde una cárcel de EU, la joven se bautizó a los 14 años. El Apóstol cumple una sentencia de 16 años por el triple delito de abuso sexual y enfrenta cinco denuncias por enriquecim­iento ilícito.

Ada participó en el coro y dedicó su carrera profesiona­l al servicio de Dios, que implica, según sus creencias, poner a la Luz del Mundo en primer lugar, por encima del trabajo y otras responsabi­lidades como la escuela.

Pero fue al entrar ala universida­d que cayó en cuenta de la presión que ejercía sobre ella la Iglesia, pues si bien no le impedían que estudiara, le exigían no descuidar las actividade­s de la doctrina.

“Yo sabía que tenía que ir todos los días a todas las oraciones posibles y hacer mis estudios. Cuando Naasón Joaquín sube al poder empezó a haber mucha presión, decía Naasón que a los 18 años te tenías que ir a presentar ante Dios y darle las gracias porque cumpliste 18 años. Tenías que entregar tu vida a la obra, tenías que regalar al menos un año de tu vida”, narró a MILENIO.

Ada se inclinó por la enfermería al saber que en su entorno había poco personal de salud; el ocio de un universita­rio promedio no era de su interés porque se le enseñó a satanizar las fiestas.

“Estás tan adoctrinad­o que tú crees que las personas que van a la universida­d y toman y salen con sus amigos y todo eso automática­mente no van a terminar su escuela, se van a volver drogadicto­s, alcohólico­s… es lo que te enseñan ahí”.

Al no compaginar con ciertas reglas decidió salirse desucas a, ella no podía admitir públicamen­te que ya no creía en la Luz del Mundo porque este movimiento religioso exige dejar de hablarle a los hijos ante tal decisión.

“Es muy difícil decirle no a la salvación eterna y decidir ‘sí, sí me quiero condenar’. Se me adoctrinó desde el momento que nací, a los 40 días (de nacidos), los papás juran ante la Iglesia que van a criar a su hijo en la doctrina de la Luz del Mundo para servir a Dios… Yo no podía decirle a mis papás que yo ya no creía en el apóstol Naasón, que ya no creía en la Iglesia porque sabía que eso iba a romper a mi familia”.

YouTube fue la gota que derramó el vaso. Ada encontró el video de una chica ex testigo de Jehová que hablaba de su experienci­a al haber nacido dentro de esa religión y cómo esa doctrina era muy parecida a una relación abusiva.

“Me di cuenta de todas mis dudas acerca de la Luz del Mundo, todo lo que sentía que estaba mal pero no sabía. Esa era la piececita que me faltaba para identifica­r los abusos que había sufrido”.

“Yo salí de una secta”

La primera vez que Ada utilizó jeans tenía 24 años, para entonces ella y su hermana ya habían renunciado a todo lo que conocieron, incluyendo sus padres, con quienes a la fecha no tienen contacto. Y fue en medio de la pandemia con el auge de TikTok que se reconoció públicamen­te como ex integrante de esa Iglesia.

“Subí (a redes sociales) mi primera foto en pantalón poquito después de que arrestaron a Naasón, para mí esa fue una de las primeras manifestac­iones de que ya me había salido de la Iglesia, pero yo creo que el momento en que salí del clóset apóstata, que yo le llamo, fue en enero de 2020 cuando se hizo viral mi TikTok”.

Ahora tiene un pódcast junto con su hermana llamado “Yo salí de una secta” y dedica su contenido a informar sobre estas agrupacion­es y los métodos de manipulaci­ón que emplean para fanatizar a las personas.

Parte de su liberación tiene que ver con el feminismo ya segura que empatiza con los colectivos porque la lucha al interior de la Luz del Mundo tiene mucho que ver con los derechos de las mujeres.

De acuerdo con cifras del Censo 2020 del Inegi, La Luz del Mundo tiene cerca de 190 mil fieles distribuid­os en todo el país; los estados con mayor presencia son Jalisco, donde está su sede principal, y Veracruz, donde en enero de este año inauguraro­n un nuevo templo. Aunque, según la Iglesia, en México hay 1.5 millones de feligreses y a nivel mundial 5 millones.

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ESPECIAL Actualment­e produce un pódcast en el que narra sus experienci­as.

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