Pumas, el fracaso más grande en años

Ya se habló hasta el cansancio del triunfo y liderato de las Águilas, de su supremacía, de su liderato, de que es el mejor y todo lo que sabemos. También de las dos derrotas seguidas de las Chivas, de que de ser la mejor defensa ahora en dos juegos le metieron 6 goles y le quitaron toda posibilidad de ir a cuartos de final de manera directa.

Del Ame y del Rebaño Sagrado seguiremos hablando más y más en el resto del torneo, en Repechaje y en Liguilla.

Pero del que no se puede seguir ignorando son de los Pumas, el fracaso más grande en muchos años. De muchos.

Para lo invertido, lo esperado, lo planeado y lo deslumbrado que hicieron ver a este equipo, las críticas y cuestionamientos son nulos, y los que hay, son demasiado benévolos por el ya gastado discurso de: “Juega con Cantera”.

Pues resulta que ya no es un equipo de jóvenes, ya no es un equipo de inexperimentados y chavos manejados por el buen DT Andrés Lillini.

Aunque no lo crean, en este caso Lillini sí es el responsable, obvio, pues es el director técnico del equipo y, por tanto, el que tiene que rendir cuentas.

Pero en este caso en particular hay dos motivos por los que habría que cuestionarse si Andrés debe de salir.

Lillini es el responsable, obvio, pues es el director técnico y el que tiene que rendir cuentas

1. Tiene crédito por el buen trabajo que ha hecho desde que asumió la dirección técnica del equipo, una escuadra parchada y sin figuras, conjunto al que ha llevado a dos finales, una de Liga y una de Conca.

Desgraciadamente ambas las perdió, pero sus equipos han jugado aceptablemente bien.

2. Le armaron un equipo que no a todos los pidió él, pero como buen soldado que es, aceptó.

Tal vez su culpa es “aceptar” porque es soldado y no decir que no.

Ya exculpé a Lillini. Ahora vamos a lo que sucede adentro.

Antes de esta derrota de ayer con Cruz Azul, había tratado de averiguar cuál es el sentir en Cantera.

No es que ayer haya hablado con alguien. No. No me gusta decir cosas que no consigo, pero sí pude hablar entre semana de la situación.

Para iniciar, ya se acabó el torneo para ellos y jamás vimos a un Toto Salvio presente en la cancha (calidad, me refiero) ni liderazgo ni con una voz de mando. Está cobrando y ya.

Otro es Del Prete. Pfff. Vino a anotar o a colaborar en los goles, ya sea haciéndolos o con pases, y nada. Otro fantasma que se pasó el torneo y solo cobró su salario.

¡Y qué les podemos decir de Dani Alves! Se esfuerza, es un profesional de primera, pero ya no dio… ¡y que no dará!

—¿Por qué no dieron?, era ahí a donde quería llegar. Se lo pregunté la semana pasada.

“Éramos equipo cuando no había figuras. Cuando llegaron los brasileños desconocidos y el bueno era Dinenno.

“Llegaron (los argentinos este torneo) pensando que la romperían con el nombre. No te quiero decir que no han sido profesionales, claro que sí, pero voltea a ver la carrera de Salvio, Miguel, ¿y acá qué ha hecho?… ¡Por Dios! A muchos les sorprende el sitio

despido._ donde estamos, pero a mí no. Mucho nombre nuevo, pero no somos equipo”. Posdata

“Mucho nombre nuevo, pero no somos equipo”. Con esa me