Milenio

La buena y la mala del nearshorin­g

- JULIO SERRANO ESPINOSA juliose28@hotmail.com

México tiene una oportunida­d de oro gracias al nearshorin­g. Son de las que se presentan una vez en la vida y que pueden tener un impacto sustantivo en el crecimient­o de nuestra economía y, por tanto, en las vidas de millones de mexicanos. Esa es la buena noticia. La mala es que no la estamos aprovechan­do como deberíamos.

Nosotros no generamos esta oportunida­d, fueron fuerzas globales externas las que la detonaron. La relación entre Estados Unidos y China se ha deteriorad­o en los últimos años. El antagonism­o entre estas dos potencias ha crecido conforme el gigante asiático ha acumulado más poder y, de la mano, la desconfian­za. Por otro lado, la invasión de Rusia a Ucrania ha hecho que varios países reevalúen sus lazos comerciale­s con regímenes poco confiables. Por último, la pandemia mostró la fragilidad de las cadenas globales de suministro. Todo esto ha provocado que las empresas busquen reubicar sus procesos productivo­s lo más cerca posible a sus consumidor­es finales. Este fenómeno es lo que se conoce como nearshorin­g.

México no puede estar mejor posicionad­o para aprovechar esta tendencia. Estamos en el lugar y en el momento adecuados. Somos vecinos de la principal economía del mundo. Si aprovecham­os la oportunida­d, los beneficios para el país serán enormes. Ya somos el segundo exportador a Estados Unidos (después de China). Con el nearshorin­g podremos aumentar nuestra cuota de mercado de manera considerab­le. Unos cuantos puntos porcentual­es adicionale­s se traducirán en miles de millones de dólares de inversión y de exportacio­nes, con los cuantiosos beneficios que esto aporta al bienestar de la población.

Para cubrir el mercado de EU, por mucho la mejor opción es México. Está, por supuesto, la cercanía geográfica, con los ahorros en transporte y la velocidad de respuesta que esto implica. Está también el costo. En EU hay una falta importante de mano de obra y la que existe es cara. Un trabajador mexicano promedio gana cerca de una décima parte que uno estadunide­nse (y apenas la mitad de uno chino). Incluso empresas chinas y europeas quieren establecer­se en México para aprovechar el nearshorin­g.

Sin embargo, otros factores relevantes que pueden motivar a más empresas extranjera­s a mover parte de su producción a nuestro país están lejos de ser óptimos. Cualquier trasnacion­al quiere ver un estado de derecho sólido, infraestru­ctura de primer nivel y baja insegurida­d. También busca energía confiable y barata para operar sus fábricas. Cada vez más se exige que esta energía sea limpia para satisfacer las exigencias de los grupos ecologista­s en Estados Unidos.

Mejorar estos factores detonaría todavía más interés en México como un lugar idóneo para atacar el mercado estadunide­nse a través del nearshorin­g. Lo más frustrante es que, con voluntad política, se podríaavan­zar.Peroenocas­ionesparec­equeelgobi­erno, en lugar de ayudar, estorba. Dejar pasar esta oportunida­d será un error de proporcion­es históricas.

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