Milenio

Midam. Una historia de Corea a través de la gastronomí­a

El chef Daniel Lee, quien tiene un restaurant­e en Lomas de Chapultepe­c, destaca que su propuesta mantiene la esencia de su país, adaptada al mexicano

- ADRIANA JIMÉNEZ RIVERA

El rosa de la flor de durazno acapara la atención en Pedregal 49, en las Lomas de Chapultepe­c, es la entrada de Midam; la hostess da la bienvenida amablement­e e indica la mesa asignada para vivir la experienci­a que promete Daniel Lee en su restaurant­e.

Midam significa “historia bonita” en coreano, y eso es lo que el chef se ha propuesto que sus comensales experiment­en al degustar platillos de su tierra de origen, que ha tropicaliz­ado con la intención de dar a conocer la gastronomí­a coreana en México.

Una caracterís­tica esencial de la costumbre coreana es “compartir los alimentos en familia”, comenta el dueño, chef y todólogo del restaurant­e; al centro de la mesa y alrededor de la parrilla ya acaparan la atención los platillos “esenciales para iniciarse en la comida coreana”.

Tacos de bulgogi (diezmillo de res), tofu relleno, mandu de carne, pad thai de mariscos, así como brisket y tocino para prepararse al momento en la parrilla, y como complement­os distintas salsas: una de frijol de soya, una de aceite de ajonjolí y una más con bastante picor.

“Cada quien toma lo que le agrada, los mandus los puedes aderezar con soya”, explica el experto que llegó a México a los cuatro años, y desde entonces ha estado involucrad­o con la gastronomí­a, ya que sus padres tienen un restaurant­e (Nadefo) en la Zona Rosa, donde se ubican las propuestas que hay de esa gastronomí­a en la ciudad.

“Estudié Ingeniería en computació­n, no sabía qué hacer con mi vida, no me gustó mi carrera, y regresé a México, volví para entrar a la Universida­d mientras trabajaba en las noches en un casino”, comparte Daniel al preguntarl­e el origen de su restaurant­e, que se distingue por la decoración minimalist­a y el ambiente casual y agradable.

El mesero ha colocado la carne y el tocino en la parrilla y apenas unos minutos

después está lista para saborear. La sugerencia “es hacerse un taquito con lechuga, que es básica en esta cultura, y aderezarla con alguna de las salsas”, aunque él recomienda el ajonjolí, otro de los ingredient­es básicos de su gastronomí­a.

“Mi papá ya tenía un restaurant­e, y mis papás me dijeron: ‘Si empiezas una carrera ahorita, cuándo te vas a casar, mejor piensa en trabajar y generar. Por qué no abres un restaurant­e, eres muy bueno’. Eso lo decían porque como ellos no hablan muy bien español, yo siempre les ayudaba en su restaurant­e”. Para maridar los platillos, la propuesta es

soju, una bebida alcohólica a base de arroz que le van muy bien alas carnes ya los mariscos, explica el anfitrión, quien se sincera :“La verdad no era muyf ande la cocina; sí cocinaba, mis papás me decían cómo y me fueron transmitie­ndo los sabores de la familia. Mi mamá me daba las recetas”.

Fue así que se animó a emprender con su propio restaurant­e, que abrió poco antes de pandemia: “Tuvimos que cerrar un año, nos pegó durísimo”.

“Hemos tropicaliz­ado los platillos, pues los sabores coreanos son un poco fuertes y complejos para el paladar de los mexicanos, por eso jugamos con los ingredient­es; por ejemplo, el jengibre y la soya que nosotros ocupamos mucho, tratamos de dosificar para que el sabor sea agradable”, dice el empresario.

Y añade: “Mi ventaja es que llevo tanto tiempo en México, que mi paladar es más mexicano” (risas).

Entre la plática y la degustació­n ha llegado el momento del postre, para el cual la recomendac­ión son mochis y cheese cake de taro, además de un carajillo que puede ser de Conejito de chocolate, taro o matcha.

Orgulloso de su aventura culinaria, Daniel también evidencia en todo momento su sencillez, como cuando comparte que en su éxito cuenta mucho el apoyo de su equipo, pues“las recetas las hago yo, pero mis cocineros y el chef son los que preparan todo, ellos son los rápidos ”.

Los platillos, llenos de formas y colorido, dejan claro que la experienci­a ha logrado el objetivo de Daniel porque a través de su gastronomí­a ha contado una historia bonita de Corea.

 ?? ADRIANA JIMÉNEZ ADRIANA JIMÉNEZ ?? El pad thai de mariscos es un poco picante.
Mandu rellenos de carne y vegetales.
ADRIANA JIMÉNEZ ADRIANA JIMÉNEZ El pad thai de mariscos es un poco picante. Mandu rellenos de carne y vegetales.
 ?? ADRIANA JIMÉNEZ ?? El siguiente paso de Daniel es abrir su segundo restaurant­e, Xeul, en Polanco, zona en la que siempre quiso trabajar, y ahora hará realidad su sueño con un concepto más enfocado para disfrutar por la noche.
De postre: cheesecake de taro.
ADRIANA JIMÉNEZ El siguiente paso de Daniel es abrir su segundo restaurant­e, Xeul, en Polanco, zona en la que siempre quiso trabajar, y ahora hará realidad su sueño con un concepto más enfocado para disfrutar por la noche. De postre: cheesecake de taro.

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