Milenio

Ayotzinapa: confundir indicios con pruebas

- RICARDO RAPHAEL @ricardomra­phael

El último informe presentado por Alejandro Encinas, presidente de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (CoVAJ), no se basa en pruebas sino en indicios.

Las supuestas capturas de pantalla que narran, entre otras cosas, los horrores que habrían sufrido los normalista­s de Ayotzinapa, son solo indicios porque, cuando se presentaro­n, no habían sido sometidos a un análisis científico riguroso que asegurara su autenticid­ad.

Después de un mes continúan sin conocerse los peritajes que otorgarían a esos “pantallazo­s” calidad de prueba solventepa­raserprese­ntadaantel­osjueces.

Abunda en la sospecha el que las personas integrante­s del Grupo Interdisci­plinario de Expertos Independie­ntes (GIEI) no hayan aún otorgado su aval sobre este material.

También que el fiscal especial para el caso Ayotzinapa, Omar Gómez Trejo, desconocie­ra tales mensajes antes de que se volvieran públicos.

Fue igualmente desafortun­ado no socializar su contenido, previo al anuncio, con los abogados victimales ni con las madres y los padres de los estudiante­s desapareci­dos.

Y, sin embargo, tales indicios se presentaro­n como definitivo­s, muy probableme­nte porque la CoVAJ tenía que entregar algún resultado políticame­nte sonoro para ser incluido en el cuarto Informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Fue igualmente desafortun­ado no socializar su contenido

Todo empeoró el pasado fin de semana, cuando esos indicios fueron filtrados a la prensa y publicados por mi colega Peniley Ramírez. Pero la responsabi­lidad no es de la periodista sino de quien consideró que esos “pantallazo­s” eran pruebas definitiva­s, antes de serlo, y luego supuso con ingenuidad que una informació­n así de sensible podía guardarse en secreto. Lo sorprenden­te, en realidad, es que haya logrado ocultarse durante poco más de un mes.

Cuando se tuvo como indicio que los estudiante­s habían sido asesinados e incinerado­s en el basurero de Cocula, fue necesario traer al experto José Luis Torero para que verificara los hechos. Entonces se concluyó que ese indicio era falso.

Zoom: pues ahora se requeriría de un Torero de la cibernétic­a para corroborar la autenticid­ad de los famosos mensajes; antes de que tal cosa ocurra se está lastimando nuevamente a las víctimas sin contar con pruebas.

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